Capitulo 5

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Capitulo 5

Sin pensarlo dos veces me arrodillo en el suelo, pero entonces me detengo sin saber qué hacer. Sebastián esta allí de espaldas y no se mueve. ¿Esta muerto? Por favor Dios, no dejes que este muerto. Trago saliva ruidosamente y siento a Elías correr hacia nosotros y agacharse hasta donde esta Sebastián. Lo da vuelta con sus brazos y dejo escapar el aire que no sabía que estaba reteniendo al ver que está vivo, aunque su rostro esta arrugado por el dolor y se queja poniendo una mano en su brazo. 

- ¿Estas bien? - Sé que probablemente es una pregunta estúpida, pero no estoy pensando racionalmente. Mi corazón aun sigue golpeteando rápidamente contra mi pecho y mis manos tiemblan mientras Elías y yo lo ayudamos a ponerse de pie. Su brazo está sangrando horriblemente y sale por entre los dedos de su mano. 

- Si - responde con una mueca - La bala solo me rozó el brazo. 

- Tenemos que llamar a la ambulancia - digo de repente consciente de que alguien debe verlo de inmediato. Saco mi celular desde mi pantalón para llamar, pero la mano de Sebastián me sobresalta cuando se posa sobre la mía. 

- No lo hagas. 

- ¿De que estas hablando? Estas sangrando, alguien tiene que limpiarte la herida y también debemos llamar a la policía para que poner una denuncia por robo con intimidación. 

He visto un montón de series policiales. 

- No, no vamos a hacer nada - dice tajantemente. Miro a Elías en busca de ayuda, pero él solo me mira a los ojos sin saber que decir. 

- Repondré el dinero que robaron, pero nadie puede saber lo que pasó. Nadie va a decir nada si es que quieren seguir trabajando acá. 

Se encoge hasta que logra soltarse de nosotros y sale del local dejando la puerta abierta. Lo veo caminar hasta su auto e intentar abrir la puerta de su auto sin éxito. 

No siento a Elías acercarse a mí y es solo cuando pone una mano sobre mi brazo haciéndome sobresaltar que me doy cuenta de que me había quedado mirando demasiado tiempo a Sebastián. 

- Lo siento ¿Estas bien? - Me pregunta con una nota de preocupación en su voz. Asiento recordando la mano áspera y fría del ladrón cuando la paso por mi mejilla y pienso que va a pasar mucho tiempo hasta que esté completamente bien. 

- Eso creo - respondo débilmente mientras escucho a Sebastián soltar un par de maldiciones golpeando su auto con el brazo bueno. 

Hago un gesto hacia él - ¿y tu? - Después de que alguien haya amenazado con volarte los sesos no creo que alguien pueda estar remotamente bien, pero él solo se encoge de hombros. 

- Estaré bien, supongo - responde - Pero no creo que el lo esté, creo que debes ir a ayudarlo - Cuando lo miro extrañada él continua - Lo he visto hablar contigo antes. Yo lo ayudaría, pero no creo que me deje. Él no me ha dicho más de dos palabras en todos los meses que llevo trabajando aquí. 

Asiento nuevamente y salgo al aire caliente de la noche. Elías sale después de mí poniendo la alarma antes de cerrar. Se despide de mí con un gesto de cabeza y lo veo tomar un taxi. 

Camino hasta donde esta Sebastián con la frente apoyada en el vidrio de la ventana y con su mano apretando la herida. 

- Debes tomar un taxi. No puedes manejar así. 

- No puedo dejar mi auto aquí - responde aun no volteándose a verme. Me acerco aun más y lo volteo suavemente. Sus ojos me miran y creo que jamás lo había visto tan vulnerable. Quiero abrazarlo y hacerle ver que debemos ir a un hospital. 

¿Solo un beso?Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu