MAYCASTEL

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Lara se despertó una hora antes de que sonara su alarma. No recordaba cómo había llegado a su cama, solo que después de cinco minutos de viaje, había caído profundamente dormida. Afuera todavía estaba oscuro, por lo que trató de volver a dormir, pero estaba tan nerviosa, que no tenía caso. Sparkie dormía sin problemas a los pies de la cama. ¡Qué triste se podría cuando Lara se fuera!

Se levantó para prender la luz y se dispuso a ver sus libros nuevos. Eran muy distintos a los que tenía en San Diego, el único que encontró parecido era Matemática alterna, nivel 5 de Wilbert Avery. Se animó al pensar que por lo menos había algo en lo que sería buena, porque los otros libros hablaban de cosas que nunca había escuchado en su vida, sobre todo el de su abuela, pero el que más le llamó la atención fue Guía de combate para principiantes de Paul Phillips. ¿La harían combatir? Le empezaron a transpirar las manos, Lara no mataría ni a una mosca. Quizás a eso se refería Alex cuando dijo que Lara no duraría ni una semana.

Faltaban quince minutos para que sonara su alarma, y se le ocurrió aprovechar el tiempo para escribirle una carta a Sarah explicándole todo.

Querida Sarah:

Espero que tú y Daphne estén bien. Te escribo para contarte que mi tío finalmente cambió de opinión. Pero lamentablemente no iré al mismo colegio que tú. Te juro que hice todo lo posible, incluso me puse a llorar al frente del director de mi nuevo colegio, que por cierto se llama Maycastel.

Si puedes darte una vuelta por mi casa de vez en cuando para saludar a Sparkie te lo agradecería. Se sentirá muy solo sin mí, y se pondrá muy contento de verte. Puedes llevar a Daphne, nunca se sabe...

Te extrañaré mucho mi querida amiga, y espero que nos podamos ver para las vacaciones e igualmente nos podemos escribir para mantenernos en contacto. Espero sobrevivir sin ti.

PD: tendrás que pedirle la ubicación de Maycastel a mi tío para responderme, porque yo no me la sé.

Contéstame pronto, por favor.

Un abrazo,

Lara.

Terminó de escribir y al segundo sonó la alarma, pillando desprevenida a Lara, y la carta voló por los aires. Lara se apresuró a recogerla y Sparkie soltó un bufido.

-Lo siento. – dijo acariciando al perro.

Lara metió sus libros en la mochila arrugando la carta que había en el fondo. Se prometió que la leería esta semana, y si era algo importante se lo haría saber a su tío, que la mataría por no haberla leído antes, pero tomaría el riesgo. Metió su libreta, el fajo de billetes, la camisa de girasol y por último, su libro Secretos del Pasado. Le puso el uniforme y se dirigió a la cocina para tomar desayuno. Los estudiantes tenían que llegar con el uniforme puesto hasta el quinto año, de ahí en adelante te lo podías poner cuando llegaras.

Lara agarró la mochila y un bolso con el resto de sus pertenencias que había dejado listo la noche anterior y se encaminó a la cocina. Killian la estaba esperando con dos tostadas y un vaso de leche de chocolate. Odiaba la leche, pero su tío la obligaba a tomarla.

- ¿Lista? – le preguntó untando mermelada en una de las tostadas.

- No.

- Te prometo que tan pronto pongas un pie dentro de Maycastel, quedarás fascinada con el lugar – dijo sonriente – tu abuela pasó unos muy buenos años ahí, además tu solo tendrás que cursar cuatro años, no nueve como el resto.

Cuatro años le parecían una eternidad, pero asintió llevándose el vaso de leche a la boca.

Terminaron de desayunar y mientras Killian subía los bolsos en la maleta del auto, Lara se fue a despedir de Sparkie. Lo abrazó tan fuerte que el perro soltó un quejido. Sparkie se abalanzó sobre Lara al ver que esta se echaba a llorar. El perro no entendía porque lloraba, pero trataba de consolarla de todas formas.

Lara GreenWhere stories live. Discover now