Odio a primera vista

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*Ya eran las 7:10 am y como es de costumbre tocaron la campana para poder ingresar a nuestras aulas*

Tranquilamente fui hasta mi carpeta y solo me puse a observar cómo todos se hacían amigos, no era muy buena eso. No podía entender cómo en una semana no pude haber hecho ningún amigo, me puse a pensar una y mil cosas haciendo que fuera completamente de la realidad. Había llegado a la conclusión que sentarse sola tenía sus ventajas y es ahí cuando me di cuenta que no estaba tan sola que digamos.

- Hola!!! - me decía una chica de cabello negro con voz de niñita- Soy Camila.

- Ammmm...eh... eh... - empecé a titubear no podía creerlo mi primer contacto con alguien que no estuviera en mi mente y no se me salía un simple hola- eh... yo... So... so.. soy Lisa.

- Un gusto Lisa - Y fue así como Camila y yo nos volvimos inseparables.

*Un par de días después*

Camila y yo teníamos la misma costumbre de poner nuestras cartucheras abiertas sobre la mesa. Todo transcurría con normalidad hasta que un compañero iba de carpeta en carpeta pidiendo tajador y nadie le quería prestar...

- Ojala no llegue hasta aquí - susurré sin dejar de copiar lo que estaba en la pizarra.

- Qué? Por qué te cae mal? - Camila me mira de reojo.

- No es eso... Solo es que... no sé, me da mala espina - jugueteaba con el lápiz entre mis dedos.

Minutos después

- Tienen tajador - y el indeseable llego a nosotras

- NO. NO HAY - cerré mi cartuchera y la guarde

- Pero lo estoy viendo ahí - con una rara expresión en el rostro

- No es mío- respondí al instante desviando la mirada

- Entonces -mirando a Camila - me prestas?

- Pues supongo que sí - le dijo mirándome

Y así sin más se llevó el tajador, no es mío pensé, al cabo de unos segundos me di cuenta que si era mío y no iba permitir que un desconocido toque mis cosas. Así que fui a buscar al indeseable compañero.

Él se encontraba en una esquina donde obviamente sacaba punta al lápiz...

- Devuélveme lo que estas agarrando - seriamente cruzada de brazos- no me mires con esa cara de estúpido y devuélveme el tajador - y fue cuando me di cuenta el escándalo que estaba haciendo pero ya no había marcha atrás.

- Pero qué te pasa me dijiste que no era tuyo – se notaba la confusión en su rostro

- Pues si es mío y no te presto - fue lo más infantil que pudo salir de mi boca en esos momentos

Ya se lo había pedido de las mejores maneras posibles e hizo oídos sordos, qué se supone que debía hacer en esa situación. Así que solo opte por darle una cachetada, no lo pensé solo actué, ni yo pude creer lo que hice, pero al menos pude recuperar lo que era mío y volver a mi sitio obviando las miradas perplejas de mis compañeros.

- Lisa, estás loca? Por qué hiciste eso? - tenía los ojos abiertos como platos y eso era comprensible pues yo no había hecho nada como eso desde que empezó el colegio solo había pasado desapercibida- si la profesora se entera te castigaran

- Pues no sé qué me pasó- miraba la palma de mi mano que estaba roja- pero se sintió tan bien.

Realmente no podía creerlo, seguía sin comprender lo que me pasó, pero si de algo estaba segura era que este muchacho no me simpatizaba para nada ni un poco, qué cómo lo supe pues algo dentro de mío me lo decía, ustedes si alguna vez tuvieron esa extraña sensación de inseguridad acerca de alguien o algo podrán entender lo que me pasaba, solo bastaba con mirarlo, todo despeinado y con el uniforme desarreglado, era uno de esos chicos que a simple vista son un desastre, para ser exactos un huracán, esos que arrasan con todo a su paso y no les importa, era esa clase de chico y no podía confiar en él.


La fuerza de lo inevitableWhere stories live. Discover now