Acerca de ella... Su infancia.

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Creció en un hogar "promedio", en una familia con padres "promedio" con un empleo "promedio", y un hermano mayor... no tan promedio.

Sus padres, a quienes denominaremos "impulsiva" para designar a su madre e "impaciente" para nombrar al padre, dejaron al peculiar personaje del hermano mayor, al que llamaremos "iracundo" con 8 años de edad, a cargo del cuidado de "extraña" mientras ellos se encontraban fuera por las tardes y por los días feriados en los que "iracundo" no debía asistir a la escuela primaria.

 En esta casa habitada por cuatro individuos, ella, a quien llamaremos "extraña", sobrevivía evitando llamar la atención. "Extraña", era una niña de cuerpo relativamente normal y cabello negro ondulado, sus ojos eran grandes y de color café oscuro, su nariz era pequeña y respingada, sus orejas pequeñas y perforadas para el uso de aretes, y su color de piel era beige, casi blanco. Era una niña que con solo 4 años de edad era obligada por su abuela paterna a tomar clases de etiqueta, piano y baile de salón todos los fines de semana, justo como "irascible" había hecho. "Extraña" usaba vestidos con encajes estorbosos y zapatos de charol, además de que siempre llevaba el cabello largo y atado, justo como esas muñecas de cerámica que su abuela tenía como decoración en la sala de su casa, siendo este el lugar en donde se le impartían estas clases al par de hermanos.

"Impaciente" no hacia mucha aparición en casa, salía antes de que los hijos despertaran y volvía adentrada la noche, así que no tuvo gran participación el su crianza, e "impulsiva" dejaba a nuestra "extraña" niña en casa de esta peculiar familia de 3, una enfermera, un reparador de electrodomésticos y su hijo un año mayor que "extraña", siendo ellos los encargados de cuidarla por las mañanas hasta que "impulsiva" volvía acompañada de "iracundo" para llevarlos a casa, alimentarlos y volver a trabajar. 

-Desde que naciste arruinaste mi vida- decía ese cruel hermano mayor mientras alzaba su rostro con expresión altiva y poderosa, -¡Deja de llorar, no eres más que porquería, deberías desaparecer!- le gritaba constantemente ese hermano mayor mientras golpeaba su cuerpo con objetos o a mano mano limpia mientras ella sollozaba con amargura. -Si le dices a mis padres de esto lo vas a pagar-, hablaba "iracundo" con voz tenue al oído de "extraña" mientras le tiraba con fuerza del cabello jalando su cabeza hacia atrás mientras ésta yacía en el suelo.

"Extraña" se quejó con sus padres la primera vez que algo como eso eso pasó, pero "impulsiva" solo le dijo a "iracundo" que dejara de molestar a su hermana y al día siguiente al estar solos en casa, "iracundo" tomó una de las piezas de metal de la antena de la televisión y emulando un látigo con ella, golpeó a "extraña" en la espalda en repetidas ocasiones, desde ese suceso, el látigo con la antena se volvió el método de control favorito de "iracundo" por un tiempo y "extraña" perdió su derecho a hablar con sus padres. "Extraña" se volvió aprensiva y las marcas de los golpes no eran suficientes debido a los vestidos que usaba, sin poder defenderse comprendió que no podía pedir ayuda, y durante todo un año observó a iracundo y a sus padres esperando que alguien viniera por ella, soportando, justo como en los cuentos, pero nada pasó, así que "extraña" decidió resignarse creyendo que todos los abusos y golpes eran culpa suya, hasta que un nuevo suceso le fue impuesto, asistir a la escuela, "extraña" era pequeña, pero muy observadora y el maltrato la hizo inteligente, se percató que "iracundo" era un niño problema, en la escuela constantemente era castigado y le emitían llamados a los padres para reportar quejas, por ello, optó por ser una buena niña, una que no diera problemas, sociable, amable y cumplida para que sus padres le prestaran atención, para que la protegieran pero nada cambió.

Así que su infancia continuó de la misma forma siendo abusada por su hermano, ignorada por su padre y utilizada por su madre para ayudar a "iracundo" con sus tareas escolares, hasta que "extraña" cumplió 10, en esa ocasión "iracundo" fue suspendido de la escuela secundaria por algunos días, así que "impulsiva" le gritó, regañó y castigó como toda madre haría, pero al irse "iracundo" sació su rabia con golpes tan fuertes que "extraña" no dejaba de llorar e "iracundo", cansado de golpearla y gritarle que se callara entró en pánico y salió de la casa dejandola tirada en el suelo llorando y lanzando una amenaza, -Si regreso y sigues llorando voy a pegarte otra vez-, agitada, asustada y con mucho dolor se arrastró por el suelo hasta meterse debajo de la cama donde gritaba por ayuda, suplicando auxilio, pidiendo una explicación, rogando que se terminara, con la boca sangrando y llorando se quedó dormida.

Al despertar la habitación estaba oscura y había alboroto afuera, adolorida salió de debajo de la cama y su rostro inflamado por los golpes y el llanto, se llenó de alegría al ver a "impulsiva" y a un montón de extraños en la sala, ya no estaría sola con "iracundo", por lo que dejó salir un -¡Mami!- con alivio en su voz y cuando se dirigió a abrazarla, "impulsiva" arremetió acertando una bofetada en la cara de la pequeña para después enviarla de vuelta a su habitación, ese día "extraña" se metió debajo de las cobijas de su cama llorando por el dolor y la cólera de haber sido herida por quien esperaba le protegiera -¿por qué? ¿Por que fui golpeada así?¿Por qué me aleja?-, mientras la pequeña susurraba "impaciente" entró a la habitación y se sentó a la orilla de la cama, intentó descubrir el rostro de la niña pero ella arremetió hundiéndose aún más dentro de las cobijas.

-¿Sabes que lo que hiciste estuvo mal?, tu madre estaba preocupada cuando llegó a la casa, "iracundo" no te encontraba y llamaron a la patrulla para que ayudaran a encontrarte, nos preocupaste.-, dijo "impaciente" a modo de reprimenda, para posteriormente con una voz suave y apacible preguntar -¿Dónde estabas?-, a lo que la pequeña niña enfada respondió -Debajo de la cama...- "impaciente" no dijo más y salió de la habitación. Dado este suceso "extraña" decidió que no podría confiar en nadie y debía apurarse a crecer porque siendo niña no podría sobrevivir sola en las calles, era pequeña, pero su mente se volvió la de un adulto racional e inmaduro, así que irse de casa no era una opción hasta que pudiera conseguir un trabajo.


En mi caso, En tu casoWhere stories live. Discover now