"Su majestad"

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JACK.

  Esa sí que había sido una tarde intensa. De haber sabido que su cita con Elsa terminaría así, habría llegado antes e intentado impedir que algo sucediera. Habían quedado en que Jack fuera esa tarde al castillo, pero el muchacho no esperaba encontrarla descontrolada, congelando todo a su alrededor. Al ver a la joven reina arrodilladla en el suelo presa de un pánico que le imposibilitaba controlar su poder, pudo entender realmente cómo fue que Elsa llevó el invierno a todas partes en Arendelle.

   Solo cuando se fue del castillo se permitió pensar en lo ocurrido, dentro había estado tan sorprendido por el hecho de que la pequeña Anna, a quien había conocido de niña y su novio, Kristoff, pudieron verlo, que se comportó de manera extraña toda el día. Él lo sabía, sin bromas, comentarios sarcásticos ni jugarretas. No, ese no era Jack Frost, negó con una mueca.

  "Si pudo causar ese desastre en su habitación en solamente unos segundos mientras intentaba detenerlo al mismo tiempo, no quiero ni pensar con la rapidez que congeló al reino liberando su poder a voluntad" pensó Jack mientras volaba sobre el bosque hacia el castillo en las montañas, que últimamente se había convertido en una especie de hogar para él, recordándole a Elsa constantemente. El pobre chico necesitaba ayudar a su amiga, verla tan frágil y capaz de sucumbir al miedo tan fácilmente lo tenía loco de preocupación.

  Dejó de volar cuando vio que estaba a punto de estrellarse contra una torre de hielo. Rió y la bordeó con una hábil pirueta, al llegar a la cima, enganchó su bastón y lo usó como amarre para girar, creando dibujos de espirales en la superficie. 1, 2, 3 vueltas, una, otra y otra vez. Nunca necesitaba detenerse, solo reír. Y vaya que hacía lo último, bien alto, tanto que los pájaros saltaban de los árboles para bailar en el aire con el ritmo de los vientos que cambiaban según  su respiración.  Finalmente, luego de unos minutos, dejó de girar y entró al castillo. Tenía suerte de poder controlar las puertas heladas con sus poderes.

  "No, no es suerte, es algo más" reflexionó. A continuación sonrió, de manera arrogante y ladeada, al imaginarse todo el trabajo el mundo había hecho para que ellos tuvieran ese destino. Después retomó su visita.

  Las paredes del lugar eran transparentes, con colores que alternaban según la luz del Sol que pasaba a través de ellas y lisas, al menos en su mayoría. Su rostro expresó satisfacción al doblar por un pasillo que estaba medio escondido entre dos columnas, donde se encontraban unos dibujos que había encontrado apenas la noche anterior de Anna y los antiguos reyes hechos por Elsa meses atrás. Consiguió mirar con más atención que esa vez, y al continuar por el pasadizo dejó de caminar, sorprendido y disgustado.

  En una pared había un retrato de él, también esculpido en el hielo por la reina. Pero era diferente a como Jack se veía reflejado en ese momento. Aquel era una versión más imponente, seria y fría de él, aunque sus ojos dejaran ver chispas de diversión. Estaba vestido con su capa y camisa, pero estas estaban rotas y hechas jirones, con su bastón todo astillado y retorcido.

  "Con que así me recordabas" pensó, alzó una mano y modificó todo el dibujo. Él seguía ahí, aunque con otra expresión y ropas, a su lado apareció Elsa, vistiendo una trenza despeinada, intentó continuar con el dibujo pero al llegar a la hora de la ropa Jack no pudo continuar. Las prendas que conocía no parecían adecuadas a su amiga.

  Todavía faltaban un par de horas para que anocheciera y él ya se estaba aburriendo, no solía pasar tanto tiempo en un solo lugar, nunca tuvo esa necesidad. Estar en un sitio del cual uno ya conoce todos sus rincones y habitantes para alguien tan inquieto como Jack, podría llegar a ser una tortura. Harto de contemplar los dibujos de las paredes se dispuso a ir a visitar el pueblo.

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    Arendelle no era un pueblo pequeño, tampoco enorme, sus habitantes no eran distintos a los de los otros lugares que visitó en su vida, aunque había algo diferente desde la última vez que estuvo en aquel lugar. A cada pisada que Jack daba, el suelo se escarchaba a su alrededor, creando nerviosismo en la gente que lo veía.

Los guardianes del invierno (Jelsa Fanfic) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora