Felicidad

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La familia llegó al Palacio de Conciertos de Estocolmo donde se llevaría a cabo la ceremonia del Premio Nobel, todos estaban en sus puestos y de pronto era el tiempo de presentar el Premio Nobel para una parte muy importante de la familia Cooper Fowler.

El Doctor Ovalle, secretario de la Asamblea Nobel hizo su arribo al estrado para hablar del siguiente premio a entregar.

D. Ovalle: Estimados colegas, maestros, investigadores, público en general, es para mí un honor entregar éste reconocimiento, a un científico de calidad, que ha hecho lo imposible en su campo, y ha demostrado a través de los años que es perfectamente calificable para ser merecedor de éste Premio tan importante. Sus investigaciones a lo largo de su carrera no habían pasado desapercibidas para nuestro comité, pero fue hasta hace un poco más de un año que supimos que era su momento. A continuación presentaremos un video con lo más importante de su investigación, con la finalidad de que se den una idea de la grandiosa contribución a la ciencia.

El video terminó, Sheldon y Amy miraban entre sí y con mucha curiosidad también a sus hijos, que ya estaban pensando todo lo que preguntarían acerca de la investigación en cuestión. Sus niños, sus pequeños genios, tal vez algún día serían ellos los que estarían aquí por sí mismos.

D. Ovalle: Les pido un muy caluroso aplauso para recibir a la ganadora del Premio Nobel en Fisiología y Medicina, la Dra. Amy Farrah Fowler, por su brillante investigación sobre la base molecular, celular y neuronal de la formación de la memoria y su recuperación.

Sheldon y sus hijos la miraban con orgullo y ella subió al escenario a recibir su premio Nobel.

Amy: Gracias Dr. Ovalle y a todo el Comité Nobel en el área de Fisiología y Medicina. Tengo que ser muy sincera al decir que la notificación que recibí en mi casa hace un poco más de un año, no la esperaba, si bien, toda mi vida la he pasado en las investigaciones, ésta en particular tiene un gran sentido y relevancia no sólo para mi carrera, ya que me hizo acreedora de éste premio sino también personalmente. Ésta investigación comenzó en un verano que yo estaba en Princeton, se me fue otorgada una beca para colaborar con mis compañeros en un estudio sobre el hipotálamo, pero ése mismo verano, mi en ése entonces novio el Dr. Sheldon Lee Cooper me propuso matrimonio. (Amy dio una amplia sonrisa a Sheldon, quién estaba abrumado de felicidad por su esposa). Después de unas ciertas cosas que pasaron antes de que le dijera que si me casaría con él, la idea de ésta investigación surgió, recuerdo que le dije a mi ahora esposo y él me animó a seguirla cuando regresé a Pasadena después del verano.

No puedo decir que me esperaba llegar a tener algún día esto en mis manos, pero soy muy feliz, sin duda, y estoy muy agradecida.

Gracias a mi esposo, que siempre ha sido mi mayor impulso, él sin duda me ayuda a ser mejor científico y mejor persona. Pero sobre todo le agradezco el que me haya regalado la oportunidad de formar una familia, de tener a nuestros hijos, y de hoy por hoy, ser completamente feliz. Si a la Amy de 10 años que soñaba con ser una científica reconocida le hubieran dicho que tendría un Premio Nobel en su carrera tal vez habría dicho seguro que sí, pero si le hubieran dicho que tendría a una hermosa familia, ella no lo hubiera creído.

Definitivamente no cambiaría ninguno de mis múltiples errores en la vida para poder llegar hasta aquí hoy. Por último, gracias a mis padres por su infinito apoyo y sobre todo gracias a mis amigos en Pasadena, la otra parte de mi familia. Gracias Comité, gracias Dr. Ovalle, gracias a todos. (Amy sonrió ampliamente como todos le aplaudieron).

En Pasadena, todos sus amigos se habían reunido para ver la celebración y estaban llorando de felicidad por su amiga.

Amy bajó del escenario y fue recibida por unas pequeñas manitas que la rodearon y le dijeron al unísono:

LyM: Felicidades Mamá.

Sheldon llegó a ella y la besó, después le dijo:

Sheldon: No puedo explicar lo que sentí al verte ahí arriba, te mereces esto mi amor, eres realmente brillante y estamos muy orgullosos.

Amy: Sheldon, ¿tú estás bien?

Sheldon: ¿A qué te refieres?

Amy: Sé lo mucho que tú querías el Nobel para ti, y...

Sheldon la besó, interrumpiendo sus pensamientos.

Sheldon: Amy, tú y nuestros hijos son todo para mí. Hace muchos años me di cuenta que no necesito de ningún Nobel para ser feliz. Tú eres mi mejor regalo.

Amy sonrió y se besaron, hasta que sus hijos hicieron su eww acostumbrado.

Sheldon y su familia se dirigieron a la salida, no sin antes decirle en el oído a Amy:

Sheldon: Espero estés preparada para la gran celebración que tendremos en el dormitorio, Dra. Cooper.

Amy: Estoy contando con ello Dr. Cooper.

Sheldon: Eres una vixen.

Sheldon pensó lo afortunado que era, tenía a su familia, un buen trabajo y unos amigos leales en casa. Sí, eso era más importante que cualquier Premio Nobel que hubiera deseado en el pasado. Él era feliz.

Tú eres mi mejor regaloWhere stories live. Discover now