I

17 0 0
                                    



-Duerme-. Es lo que me repito cada vez que cierro los ojos. Escuchando el tic-tac que corre aun lado de mi cama. Tratando de arrullarme con aquellos sonidos que no hacen más que desesperarme. Pero no tanto como la mirada que vaga por mi cabeza. Esos ojos son la causa de que no pueda dormir.

-¡Argg!-. Grito con desesperación. Volteo a ver el reloj que no me ayuda en nada, en estos momentos.- ¡Genial, son la una de la mañana!-. Volteo los ojos y trato de acomodarme mejor. Quedando frente a mi ventana, observando aquellas pequeñas luces que sobresalían de las cortinas blancas. -¿Que me está pasando?-susurro para mis adentros. Me quito la sabana de seda tan suave y delicada a la vez. Sentándome. Tocando esta una vez más, antes de pararme e irme a la ventana. Poco a poco tomo la postura. Tomándome del cabello, antes de volverme loca.

Esta algo frio, así que mejor tomare la sabana. Me hago como una especie de enredo, desde mis hombros desnudos, parece una capa muy acogedora. Me siento en aquel borde de la ventana. Vaya que esta frio. Trato de hacerme bolita, para no tener tanto frio. -Sí, mucho mejor-. Me siento más cómoda. Recargo mi cabeza en aquella ventana; mirando lo que hay fuera. Empieza el invierno. Se nota por aquellos zumbidos del viento. Moviendo aquellas ramas secas de los árboles.

Observo como la Luna, es hermosa. Está en aquella fase que hace verse aún más bella. Tiene un brillo especial esta noche. O no sé. Creo que tal vez ya la estoy mirando de otra forma. Es algo único en este momento. No lo había sentido antes. A estas alturas de la noche ya no sé cómo estoy. Yo digo que es eso. Apenas así me he sentido cómoda, sin pensar...-¡Maldición!- me digo a mi misma. Ya lo había dejado, ¿Porque tuve que pensar de nuevo en él?

-Mi bella Luna, parece que serás mi compañera de la noche-. Suspiro.-De mi sufrimiento...-Siento los ojos pesados, debería de ir a mi cama; pero una o de dos, estoy muy cómoda aquí y me conozco tan bien, sé que si llego a mi cama no sentiré lo mismo que aquí. Cierro los ojos poco a poco. Pensando. Si, así es, no sale de mi mente.

-Creo que terminare soñando con aquellos oj...-suspiro, una vez más-Mi Luna... no me abandones-. Y cierro los ojos completamente pero antes de eso digo unas últimas palabras, más bien una pregunta.

-¿Por qué no sales de mi mente?-. Pregunto entre una voz adormilada pero tan fina. Y caigo rendida ante la luz de la Luna. En el borde de mi ventana.


CrossroadsWhere stories live. Discover now