Capítulo XX.

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El programa de rodaje era bastante simple: iban a grabar las partes que sólo les obligaba a actuar y cantar y luego iban a grabar las que requerían bailar a la música. Era una manera de no perder el tiempo ya que ya sabían la melodía de las letras y el trabajo que Archie estaba haciendo era como la sal y el aceite de oliva a la ensalada —sólo el condimento—, pero el número de baile necesitaba ser hecho con una perspectiva más auditiva, y para ello, tenían que esperar a que el hermano del joven actor les enviara la grabación de la obra musical.

—¿Así que tienen más de la mitad de la canción lista? Eso es impresionante.

Ellie caminó a través de la jungla de mesas y le sonrió a Luke, dándole la razón. —Esas son las maravillas del trabajo en equipo.

—Supongo que sí. —El muchacho asintió—. Bienvenida a la mesa guay.

—¿Disculpa? Sólo se puede pensar que es la mesa guay, pero no es guay si uno dice que es guay. De todos modos, bienvenida —dijo John.

Ellie les dio una sonrisa dulce y aunque nadie tenía permitido lucir más bella que la novia, se veía muy bien la noche del 4 de diciembre. Llevaba un vestido de tul con tonos muy pálidos de naranja amarillento —que estaban bastante cerca de ser beige— y en la parte superior de la misma, tenía una camisa muy linda de encaje negro sin mangas y un collar de una gota de oro.

Elegir un vestido de invitada de boda no era una tarea fácil, sobre todo porque el blanco estaba prohibido para la ocasión y los colores comunes eran un alto riesgo de ser confundida con una dama de honor; lo más seguro era ir contra los colores que estaban en la invitación porque era más probable que esos fueran los de los vestidos, pero incluso entonces, parecía peligroso jugar con las posibilidades de esa manera y tentar a la suerte. En la mayoría de los casos, esa era la razón por la que era mejor traer a alguien junto con uno para hacer las compras, no sólo porque eran capaces de decir todas las diferentes perspectivas que uno no era capaz de ver, sino también porque eran los que le darían a los vestidos todas las banderas rojas que críticamente merecían.

—Es bueno tener finalmente un momento para charlar con la chica que siempre aparece a la tienda a toda prisa para comprar dulces y termina tomando más chocolates de lo previsto —dijo Skeeter en broma.

—Bueno —Ellie se rió un poco—, definitivamente soy culpable de eso.

—Encantado de conocerte, entusiasta del chocolate. ¿Cuál es tu nombre? —preguntó uno de los primos de Luke y él no pudo evitar reír.

—Entusiasta del chocolate. Esa estuvo buena, Ricky.

Ellie sonrió mientras se sentaba a su lado y le respondía al joven que estaba sentado en frente. —Encantado de conocerlos a todos. Soy Ellie.

Luke procedió a presentarle a cada persona que estaba en la mesa con ellos y una pequeña charla sobre la chica de los pelos de oro comenzó a suceder. Era comprensible ya que no podían creer que el muchacho finalmente llevara a una chica con él a las celebraciones de su familia, sobre todo porque casi pensaban que su mejor amigo estaba pegado a su brazo y también porque el chico, a pesar de que era lindo a su manera, no era tan popular entre las niñas.

Halcyon.Where stories live. Discover now