9. Alcohol, besos y vómito

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Algunas veces es bueno romper las reglas y salir de la rutina del día a día ¿no?. Estamos en el último año de la odiada escuela y tras ella se asoma, tal vez, la etapa más difícil de todas. Entonces no nos caería nada mal una noche de -baile y alcohol- sana diversión antes de tanto estrés.

- Lo admito, no debí cenar pizza durante una semana entera - digo mientras observo mi reflejo en el espejo frente a mi- Pero bueno, dicen que a los hombres les gustan las mujeres con carne ¿no? -río.

- Eso es ciertoooo -grita Isabella desde el baño de mi habitación.

Para esta noche de fiesta, he elegido vestir "el arma mortal", como lo llama Isabella. Se trata de un vestido negro, corto y con la espalda descubierta, el cuál he decidido combinar con tacones dorados. Sin embargo, aun no sé qué hacer con la esponjada melena que tengo por cabello. Lo sujeto e imagino posibles peinados frente al espejo, tratando de hallar el adecuado.

- ¿Luzco bien? Temo que me confundan con una prostituta. - dice Isabella saliendo del baño con un despampanante vestido rojo, cortísimo y con escote V - Aunque, pensándolo bien, necesito unos cuántos billetes extras.

Ambas nos echamos a reír.

- Estás loca, Bella. Luces muy bien

- ¿muy bien? ¿Solo eso? En la escala de "solo quiero bailar contigo, dame tu número de celular, besos toda la noche y quiero algo serio contigo" Me encuentro en...

La miro de pies a cabeza, evalúandola. Luego, giro mi dedo índice en señal de que dé una vuelta y acto seguido doy mi veredicto.

- Bien, definitivamente no estás como para solo bailar. Sin embargo, el vestido no pide a gritos algo serio. Así que, yo diría que estás entre "dame tu número de celular y besos toda la noche"

Bella hace una mueca de satisfacción - Yo creo que tú eres un "besos toda la noche" - afirma.

- Sí, yo también lo creo - digo en tono sarcástico.

- Verás que sí, todos los universitarios querrán - interrumpo

- ¿los universitarios?

- Sí, algunos amigos de Mateo, con los que solía andar siempre antes de irse a estudiar. ¡Son guapísimos!

- ¿No irán los de la escuela?

- Oh sí, irán Rosie, Dylan y unos cuantos más

- Bueno, por lo menos habrá gente a la que sí conozco

- Tranquila, Maia, te presentaré a todos los universitarios -dice guiñando un ojo.

Sonrío y muevo la cabeza.

- Aia ¿Qué jareos con tru aa? -dice Isabella con la boca abierta mientras se pinta los labios. Sí, una de esas poses raras que hacemos las mujeres al maquillarnos.

- ¿Qué? - digo entre risas

Isabella deja de pintarse los labios y repite. - ¿Qué haremos con tu mamá?

- Nos verá vestidas y no podrá decirnos que no - típico - Además hoy tiene turno noche en el hospital y sé que papá regresará tarde de la reunión con sus amigos de oficina; así que, la noche es nuestra.

En efecto, mamá estaba tan apurada alistándose para su turno en el hospital que aceptó mi petición. Aunque dijo que no bebieramos alcohol del vaso de otros chicos -típico de mamás - y que algún conocido o conocida debería acompañarnos de regreso a casa.

Salimos hacia la fiesta, dejando a mamá alborotada y con la hora encima de ella. El taxi nos dejó justo en frente del club, se podía ver el nombre de este en letras grandes y brillantes: "Sodoma y Gomorra". ¿A qué lugar pecaminoso me has traído, Isabella?. Fuera del mismo, habían largas filas de personas, en la puerta un tipo súper fornido con cara de pocos amigos.

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