Demasiado Tarde.

20 2 0
                                    

Completamente aterrado me puse de pie y comencé a tocar con desesperación las paredes de aquella diminuta habitación.

Grite, clamé por auxilio, incluso lloré sin obtener respuesta alguna.

Me había dado por vencido.

Él ganaba, era imposible tan sólo pensar que no lo hiciera: Un ser de otra dimensión (sabrá Dios cuál), con conocimientos infinitos e ilimitados era a quién le había negado algo.

Suspiré.

Me dejé caer en el suelo, con las esperanzas rotas y completamente indefenso; dispuesto a ver llegar la muerte en cualquier momento y en cualquier forma. Quizá aquel ser querría divertirse un poco conmigo antes de permitirme marcharme; y aunque no estaba del todo seguro de cuál era el significado de dolor y diversión en otras dimensiones, o sí podían ir juntos en la misma oración, sabía que de una forma u otra iba a obtener lo que quisiera, incluso hacer cumplir su "propuesta".

No pude darme cuenta de en qué momento, en medio del caos que ocurría dentro de mi cabeza, caí profundamente dormido.

Me desperté sintiendo un agudo dolor en mi espalda, con las piernas completamente entumecidas y mi estómago rogando por alimento.

Con algo de dificultad logré levantarme; fue en ese momento que pude notar a alguien, además de a mi, de rodillas en el cuarto, con la mirada perdida y un semblante que reflejaba profunda tristeza.

Aquel ser no era muy diferente a un humano. Lo más notable dentro de su aspecto eran sus grandes ojos con las pupilas casi dilatadas por completo, lo que le daba un aire de locura y desesperación.

Fijó su mirada en mí durante unos instantes y volvió a sumergirse en sus pensamientos.

Por extraño que suene, no me causaba temor alguno, en cambio surgió en mi esa necesidad de protección y apoyo mutuo; quería preguntarle quién (o qué) era, cómo había llegado aquí y sí conocía una salida o algo por el estilo; pero se veía tan concentrado que preferí esperar a que dijera algo primero, no ser que fuera a molestarse.

Pasados algunos minutos empezaba a agotarse la poca paciencia que me quedaba.

El ser permanecía igual.

Mirando al vacio, considerando algún asunto.

Comencé a sentir que si no decía algo iba a perder la cordura por completo, además ¿Cómo podían sus asuntos ser más importantes que el hecho de salir de aquí?

Sus consideraciones se vieron interrumpidas por mi voz.

- Hola- Fue lo único que me atreví a pronunciar.

Giró su cabeza en mi dirección y clavó su penetrante mirada en mi rostro.

No dijo nada, simplemente se limitó a observarme por lo que me pareció una eternidad, tal como si yo fuera la respuesta a sus plegarias.

Y justo cuando me pareció que no tenía una voz, respondió sin dudar.

- Es tiempo de irnos.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 13, 2014 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Extrañas Perfectas NotasWhere stories live. Discover now