2. El grano gigante

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Una semana después no había visto ni había tenido contacto con Alex, todo lo que sabía era por Lucia y es que ese mismo día en el que me sentí mal y tuvo que llevarme a casa le pidió el numero a ella porque sabía que yo no iba a darle el mío. Que ingenioso y estúpido.

-Lea, saldremos a almorzar en un rato ¿te unes? –Pregunta Sophia quien se encontraba planchándose el cabello.

-Claro, necesito salir un poco –suspirando me levanto para tomar un cambio de ropa adecuado para salir.- Y...,¿Quiénes están incluidos en ese saldremos?

-Oh, pues Lucia, Jacob, tu y yo –dice encogiéndose de hombros-

Ellos después de todo siguieron viéndose, se amaban y estaba muy feliz por ellos. Pero Jacob era siempre un recordatorio de todo lo que quería dejar atrás, era un recordatorio constante de él, de Alexander

-¡Lucia esta aquí! –Grita ella misma apareciendo en la habitación- ¿Aun no están listas? Mierda, ahora entiendo cuando los hombres usan el "Chicas..." en una situación así

-¡Sophia recién me lo menciona! –me excuso terminando de ponerme la blusa.

-¡Oye! No pensé que querrías venir –apaga la planchita y se da vuelta saliendo de la habitación –siempre declinas a las invitaciones, cuando te lo pregunte pensé que dirías "No me siento bien para salir, vayan ustedes"

Bufo volteándome a verla, tiene razón, siempre que me invitaban a salir inventaba una escusa para no ir, eso de salir en público luego de que todos se enteraran del embarazo y que el bebé era de Alexander me ponía siempre mal, los paparazis y sus preguntas y palabras inoportunas. Algunas fans que me gritaban cosas no muy bonitas, simplemente preferí evitar malos momentos por mi condición, pero ahora en este momento sinceramente necesitaba salir y respirar aire. Necesitaba mi vida normal solo por unos momentos.

-Pues hoy si quiero hacerlo, la pequeña criaturita dentro de mi exige comida decente, además necesito una salida con ustedes –camino hacia el baño para ponerme un poco de maquillaje.

-Me parece genial –aplaude contenta Lucia.

Luego de colocarme un simple maquillaje que consistía en base, un poco de rubor, arquearme las pestañas y ponerme rímel y por ultimo un brillo labial simple y tranquilo. Salimos juntas fuera donde nos esperaba Jacob con el carro.

-¿Dónde iremos? –Pregunto una vez arriba del auto-

-A un restaurante llamado Répulique –me responde Lucia con la vista en su celular- no esta tan lejos

Y mirándola me preguntaba, ¿será con Alexander que habla tanto? Últimamente se la pasan hablando, ella me ha hecho leer las conversaciones diciéndome que es demasiado tierno como se preocupa por mí y la verdad es que lo es. Siempre quiere saber dónde estamos, que estamos haciendo o que haremos luego. Pregunta por el estado de mi bebé y de mi y si necesito algo que le avise. Fuera de eso hasta ahí es todo lo que se dé él, sacando de medio la televisión porque negar que no lo sigo por allí seria una mentira gigante.

Siempre que cambio a los canales de chismes y aparece él, me quedo mirándolo hasta que termine. Me catalogue a mi misma una loca obsesiva pero lo echo tanto de menos. Luego recuerdo lo sucedido ese día y mi corazón me vuelve a obligar olvidarme de él y con ello todos los recuerdos.

-Hemos llegado damas

Jacob apaga el auto y lo rodea abriéndonos las puertas como todo un caballero, se ha vuelto como mi hermano estos últimos meses. Puedo llamarlo mi mejor amigo honestamente.

Changes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora