Capítulo 6

253 23 12
                                    

Despierta, una maravillosa mañana, sintiéndose pleno y sin perder más tiempo, camina hacia “Risotto bar”.

Lleva a cabo todo el proceso necesario para convertirse de un minuto al otro en una persona respetable por los demás, el simple hecho de llevar un traje común y corriente lo transforma. Ya hace mucho que la belleza como la fealdad se implementó en todo el mundo causando un impacto muy fuerte y desastroso, es solo por ese estúpido hecho que las personas se desvalorizan. Autos, lápices labiales, perfumes, desodorantes, ropa… eso  no tiene que hacer la diferencia, lo material no tendría que enamorar, que hacerte más importante, bueno, feliz o aceptado. Si la gente supiera que lo interior  es lo que verdaderamente vale todo sería muy diferente, pero esto lleva muchos años siendo así y Ade no cree que cambie nunca, por lo que llevando esta ropa se siente parte de ellos, cosa que en cierta forma, lo hace sentir feliz aunque sea por un rato.

Al salir, inundado de pensamientos que se contradicen, ve a Emily sentada junto a la pared vidriada tomando un café. En su mano sostiene ese complejo aparato que al parecer todo el mundo tiene y están completamente atontados por él. Más allá de eso, se ve radiante… como siempre, sin preguntar y sorprendiéndola se sienta en la silla de frente.

-          Hola linda

-          ¿Linda? Creo que te voy a pasar el número de mi oculista, suele tener turnos disponibles

-          Mis ojos funcionan perfecto, como vos

“¿Pero qué le pasa  a este chico? ¡¿Linda… PERFECTA?!”  Esas palabras nunca habían entrado por sus oídos. Alguien tan confiado de sí mismo no podría estar fijándose en una simple diseñadora y esclava… de su jefa. Mirarlo a los ojos es muy fácil, a demás de que son muy bonitos, con los demás  siempre mira el piso.

-          Basta galán, me empalagás  –Disimulando la vergüenza - … ¿Cómo estás?

-          Vos bien, ¿y yo?

-          ¿Qué?... ¿Y cómo lo sabés? – Confundida por la extraña respuesta

-          ¿Alguna vez te diste cuenta que con las personas que no conocés completamente, siempre por más mal que te sientas respondes que estás bien? Curioso…

-          Parece que hoy te despertaste en “Modo: filosofía”

-          Puede ser, pero no… Me desperté pensando en mi chica ideal

-          ¿Y cómo sería esa chica? – Aparentando despreocupada, mientras que quisiera sacar papel y lápiz para tomar apunte

-          Todavía no lo tengo muy claro… pero lo más parecida a vos que se pueda

Queda petrificada. Este chico no es muy indirecto, Kalé le enseñó bastante bien cómo manejar la situación. Mientras tanto, ella sin saber bien que responder:

-          Y… ¿Solés venir seguido a este bar? Porque yo vengo siempre antes del trabajo y nunca te vi…  Curioso – Imitándolo y a la vez sintiendo que arruinó completamente el clima.

-          En realidad no, pero encontrarte fue una linda casualidad – Hubiera preferido decir que viene solo por ella, pero está notando que decir demasiados cumplidos, puede incomodarla. Sorprendentemente está manejando muy bien los nervios.

Cortando la conversación, Teresa llama para “alegrar el día”

-          Si Teresa, los terminé… enseguida estoy ahí

-          Esa tal Teresa… ¿Quién es?  Parece que te tiene bastante estresada

-          Si, bastante. Es mi jefa y madrastra… la típica malvada de los cuentos

La vida rica de un pobreWhere stories live. Discover now