Capítulo 22: Ganaste, Bruno

507K 30.1K 6.5K
                                    

MILA

Apenas salimos del comedor caminé junto a Renato hasta la cabaña, ya que Bruno había tardado más de la cuenta y no nos encontramos.

—Te gusta —bromeó Renato refiriéndose a Bruno.

—Si no me gustara no lo tomaría en cuenta.

—¿Te enamoraste? —bajó la voz.

—No lo sé... enamorarse es distinto para mí.

—Al menos Bruno se ve diferente a lo que era cuando está contigo.

Sonreí.

Apenas entramos a la cabaña oímos unas voces, cogí el brazo de Renato y el arrugó las cejas con confusión.

—¿Qué ocurre? —susurró.

—Bruno y Dafne.

Ambos nos quedamos en el pasillo escuchando lo que hablaban, pese a que estaba muy mal hacerlo, lo sabíamos.

—¿Estás enamorado de ella?

—No.

—¿Entonces? ¿Por qué te importa tanto? Yo podría darte muchas cosas más que ella.

—Dafne. Mila sólo es algo pasajero.

Respiré hondo cuando sentí que algo se quebró dentro de mi cuerpo y Renato frunció el ceño sin entender absolutamente nada.

—Ella no debe ser nada tuyo, ni algo serio ni pasajero... ¿Cómo no ves que no es para ti?

—A ver... déjame explicarte. Mila y yo hicimos una apuesta y voy ganando, es todo —le contó.

Tragué el nudo de mi garganta.

¿De verdad? ¿Esto seguía siendo una apuesta?

—¿Cuál apuesta? —me preguntó Renato en un susurro.

Lo ignoré.

—¿Cuál apuesta? —preguntó Dafne.

—El que se enamora pierde.

—¿Vas ganando? ¿Por qué lo dices?

—Yo no estoy enamorado de ella.

—¿Y ella sí de ti?

—Eso creo —contestó en un tono de voz soberbio.

¿Qué tipo de imbécil era este?

No podíamos verlos, pero oí pasos dentro de la habitación.

—Dafne no... alguien puede entrar —oí la voz de Bruno.

¡Dios! ¡De seguro estaban a punto de besarse!

Se quedaron en silencio y entendí que realmente podían estar besándose. Intenté que los ojos no se me llenaran de lágrimas, respiré hondo armándome de valor.

—Me voy —caminé a mi habitación.

—¿No harás nada? —me preguntó Renato aun descolocado.

—Que se pudra.


BRUNO

Cogí a Dafne de los hombros y la alejé de mí.

—Que no esté enamorado de Mila no quiere decir que lo esté de ti.

—¿Tenemos un trato?

—Borra eso.

—Si vuelvo a verlos juntos, ese video aparecerá en la pantalla del comedor.

Apenas salió de mi habitación noté que la puerta de la habitación de Mila se cerró con fuerza.

¡Eres mio! ImbécilWhere stories live. Discover now