Colegiala Traviesa - Parte 1

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Ángela tiene 16 años y está en penúltimo año de la secundaria. Es inteligente pero bastante vaga. No le gusta estudiar, pero si lo hace, le sale muy bien. Se caracteriza por siempre conseguir lo que quiere y no parar hasta obtenerlo. Le gustan los desafíos y todo aquello que sea prohibido. 

Su primera vez fue a los 15 años con un chico al que no conocía bastante bien. Llegó el momento de probar que tanto coraje tenía y lo hizo con ese chico. No le importó eso de que su virginidad era sagrada y bla bla bla. Después de ese acontecimiento, cambió totalmente. Sintió que era una mujer diferente. 

Comenzaba el ciclo escolar 2015 y ya iba en 4to año, penúltimo de la secundaria. Había muchos cambios en el colegio. Profesores se fueron, uno falleció, Las aulas cambiaron de lugar y demás. La profesora de Literatura sería reemplazada por un profesor que apenas  estaba entrando en el campo de docencia. 

Primer día de clases y tenía en el primer módulo con el profe nuevo. Entró, se sentó y escribió su nombre en la pizarra: "Alejo Rosewood". Seguido de eso el curso entero se puso de pie y saludó educadamente. Ángela, como de costumbre, se sentaba enfrente del escritorio del profesor. Su uniforme contaba con una falda un poco arriba de la rodilla y una camisa blanca con una corbata azul. 

Debido a la altura de Ángela y el largo de sus piernas, la falda le quedaba un poco corta. Sus muslos eran anchos, al igual que su cadera. Su trasero era grande y firme. Su cintura era miniatura, sus pechos eran medianos pero parecían querer escaparse de su camisa, nunca usaba sostén, tenía un concepto acerca de libertad que le prohibía rotundamente usarlo. Su cabello largo, lacio y pelirrojo le llegaba hasta la cintura. Su mirada siempre concentrada en su celular o un libro. 

En cuanto se sentó y observó bien al profesor, notó que era muy joven y apuesto. Casi al terminar la clase, se quedó con una duda: "¿qué le sucedió al pequeño perro de la historia?". Entonces llamó a su profesor. 

- Profesor, ¿puede venir dos minutos?

- Claro, ahora voy. 

...

- Su nombre y su duda por favor. 

- Ángela Brown, ¿puede decirme qué que le sucedió al perro? 

Y sonó la campana. 

- Si quiere señorita, puede pasar por mi hogar donde doy clases particulares y resolveré todas sus dudas.

Le dió su dirección y Ángela, en horas de la tarde fue. 

Golpeó con un poco de miedo la puerta del hogar de su profesor y en segundos él vino a recibirla. La hizo pasar a una pequeña sala donde había un sofá de color bordó de piel muy suave. Junto al sofá había una pequeña mesa donde se encontraba una pila de libros y arriba de ellos un porta vasos con una taza de té caliente. 

El profesor se sentó en la silla que estaba del otro lado de la mesita y comenzaron a hablar.

- ¿Qué dudas tienes Ángela?

- En realidad son muchas. En primer lugar, ¿quién era Fidel y por qué adoptó el perro? Segundo, ¿por qué quiso abandonarlo? Y tercero, ¿por qué el perro también murió cuando Fidel murió?

Al profesor le llamaba muchísimo la atención la curiosidad de Ángela, el por qué quería saber todas esas cosas y por qué eran tan importantes. 

- Es una metáfora Ángela, el perro es Dios. Dios nos da la vida, la vida es Fidel. En realidad, Fidel estaba muerto hasta que encontró al perro, él fue quien le trajo felicidad a su vida, quien lo llenó de amor y cariño. Fidel pasaba muchos momentos malos en los que pensaba suicidarse, es por eso que quiso abandonar su perro. Pero un perro es amigo fiel, nunca te abandona. Y cuando el momento de que Fidel parta a la casa de Dios llegó, también fue para su perro. Porque cuando la vida termina, nuestra alma también se va con nosotros. ¿Lo entiendes?

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⏰ Last updated: Oct 23, 2016 ⏰

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