El Proyecto Nerd (EPN#1) | ✓

Capítulo 6.

Capítulo 6 —"Ahora juntos"

—Nunca me olvidarás, Alex. —Colin me sonríe. Lo empujé y pasé junto a Bruce, por la calle.

Bruce me llamó por mi nombre, pero lo ignoré. Seguí caminando, con los dedos cubriendo mis labios. Lágrimas frustradas rodaron por mis mejillas. Mi cabeza estaba blanca, no quería hablar con nadie.

Solo quería fingir que este día no había ocurrido. Más bien no podía aceptarlo. El hecho de que sintiera esas chispas, el hecho de que mi corazón se acelerara... el hecho de que incluso cayera en ese pequeño y dulce acto suyo... era asqueroso.

Esto es realmente un juego para él.

A diferencia de las otras chicas que cayeron en sus trucos... yo puedo jugar de vuelta.

****

Dos semanas después

—Nunca me contaste lo que pasó en el teatro —dijo Bruce de repente, mientras pasaba otro juego de luces de Navidad.

Me encogí de hombros, subiendo la manga de mi jersey.

—No me sentía bien.

—¿De verdad? Podrías habérmelo dicho —contestó, con su aliento asomando en el aire frío.

—Sí, lo sé. Lo siento. —Olfateé, y me estremecí mientras un viento frío soplaba desde el norte. Bruce me sonrió y bajó de la escalera.

—Te llevaré a casa, antes de que te resfríes. —Me cogió las manos y las frotó entre las suyas.

—Pero... —comencé.

—No, no podemos permitir que te enfermes ahora, ¿verdad? —dijo.

Suspiré. —Voy a buscar mi chaqueta.

Bruce asintió con la cabeza y subí por el porche y entré en su casa. Agarro mi sudadera con capucha y me detengo en las escaleras.

—¡Adiós, señora Kate! —llamé por las escaleras. Se oyó un arrastre y el sonido de unos pasos.

—¡Adiós, cariño! —contestó ella. Salí corriendo de la casa, cerrando la puerta tras de mí y caminando hacia Bruce al final del camino de entrada.

Me puse de puntillas detrás de él y le respiré en el cuello. Se giró, con la cara teñida de rosa.

—¿En qué estás pensando? —pregunté con curiosidad.

—En nada. No me asustes así. —Bruce respiró hondo y me tendió la mano. La tomé y me arrastró por las aceras cubiertas de hielo.

—Um Alex... —dice lentamente.

Dejo de tararear un villancico.

—¿Sí? —dije continuando la marcha.

Caminamos hasta la puerta de mi casa antes de que dijera algo más. Miré el cielo, era el horario de verano y estaba oscuro y solo eran las seis de la tarde. Odiaba la oscuridad.

—Uh... estoy estropeando esto cuando todo lo que quería decir era buenas noches pero... —Bruce comenzó a rascarse el cuello. —Sabes que me gustas, ¿verdad?

Por supuesto que le gustaba, éramos los mejores amigos. Ahora, me estaba haciendo la tonta. Yo le gustaba a Bruce. Y él me gustaba a mí. Lo miré, en sus ojos de colores desiguales.

—Tú también me gustas —dije con sinceridad.

—No, quiero decir. Te quiero. Siempre lo he hecho. Incluso entonces, cuando éramos niños —dijo Bruce con nerviosismo. Mi corazón dio un vuelco.