Zoológico.

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Mika McFly

Parecía una cita más. Pajarito tuvo la idea de ir al zoológico de la ciudad, no era el lugar idóneo para mí. Tenía suficiente de estar rodeado cada día de mi vida por animales en las calles, y sobre todo de perros; como el que llamó a Astrid en la mañana. Para saludar.

La cuestioné sobre las razones de porque su anhelo de querer ver a los mismo animales mugrientos, me sorprendió la respuesta que me proporcionó:

—Ya es hora de que veamos tu hábitat natural, Mika —dijo entre risas—. Te la pasas el día nombrando a las personas como animales, que me dieron ganas de ver animales de verdad.

Estuvimos recorriendo cada sección del zoológico al que Pajarito curioseaba ver.
Yo no estaba disfrutando del paseo, pero, me bastó con ver el rostro iluminado de Astrid al ver cada bestia que estaba frente a ella. Que si ella estaba feliz con esto; yo igual lo estaba.

En los viejos trozos de madera colgados sobre vitrinas polarizadas, estaba grabada la palabra "AVIARIO".

—Es mi turno, Pajarito —la llevé de la mano al aviario, y puedo jurar que chilló de alegría. Astrid tenía mas de 18 años y seguía haciendo expresiones de niña.

Un tipo con un ridículo uniforme de explorador abrió la puerta del aviario y estuve a dos segundos de salir de ahí al ver el lugar todo mugroso, pero Pajarito apretó mi mano y me quedé en mi lugar.

Era un mandilón sin remedio.

—Cuando era niña siempre quise entrar aquí —giré el rostro a ella, prosiguió cuando notó toda mi atención a lo que decía —, Patrick siempre quería ver a los tigres, así que me jalaba con él y no tenía la oportunidad. Hasta ahora. —sonrió.

Había momentos en que me desconectaba de todo cuando veía a Astrid Fissher, especialmente en estos momentos. La chica insegura, soporta toda mi mierda y con los lentes más rayados y opacos que vi en mi vida, pasó a ser la chica de la que ahora voy de la mano en un asqueroso aviario. Lo cierto es que me gustaba estar con ella.

Salimos del aviario después de que Astrid alimentara a las aves y tomara una foto del lugar, ella quería ver otra cosa.

Y por supuesto que eran los puestos de comida basura.

El olor a aceite reutilizado con el que seguramente freían las papas fritas que ordenó Astrid me impidió respirar un poco de aire limpio.

Y eso no fue todo: Pajarito tuvo el atrevimiento de comprar un Hot Dog con mostaza en exceso para mí. Ahí se fueron los diez dolares mejor desperdiciados de mi vida.

—No voy a comer esto.

—Claro que sí.

Caminó hasta un banco de madera, había una anciana que lanzaba semillas a las palomas, incluso consideré la idea de dárselo a la señora, pero no llegué a ser tan cruel. Me senté a lado de Astrid, con cuidado de que la mostaza no se derramara fuera de la servilleta.

—¿Como puedes hacerme esto? —dramaticé, me llevé una mano al pecho y miré a Astrid. Dejo de comer sus papas y me miró boquiabierta.

—¿Estás dramatizando? Tú, Mika McFly... ¡¿Estás dramatizando?! —me tendió la papas, con un gesto me pidió que las sostuviera. Las tomé y empezó a reír como demente. 

Un niño rechoncho y con su playera embarrada de tierra pasó corriendo, hací que lo llamé.

—Te regalo este Hot Dog, tomalo de una vez —gruñí, el niño lo tomó sin dudar y siguió corriendo con la cosa grasienta en su mano. Astrid seguía tratando de recuperar la cordura. Así que me quedé sentado y esperé...

FanFic: Historias de Vhaldai [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora