Mi Sirvienta Favorita

You're beautiful

Ethan.
No pude ocultar mi sorpresa y lo feliz que estaba. Lo mire mientras él aún seguía cantando y se acercaba a mi. Lo único que quería era correr a sus brazos y abrazarlo.

-¿Qué era, Lola? - escuche la voz de mi padre en el comedor. Definitivamente tenía que hacer que Ethan se callara, aunque cantaba tan lindo.

Escuche como mi padre se levantaba del comedor y corrí hacia Ethan tumbándolo a los arbustos que estaban en la entrada de mi casa. Ambos caímos en el césped. Y le tape la boca con mis manos para que no hiciera ruido. Él me miró extrañado pero al mismo tiempo divertido y puso sus manos en mi cintura. Golpee ambas manos y él me soltó rápidamente.

-Ethan ¿Qué haces aquí? Creí que estabas de viaje- le susurré aún con mi mano sobre su boca. Él señaló mi mano y la saque de ahí.

-Feliz cumpleaños- me dijo acercándose para besarme pero lo golpee en la frente con mis dos dedos- que lindo recibimiento- me dijo sarcásticamente.

-Creí que no volverías hasta la semana que viene.

-Así era. Es que fue el cumpleaños de Ariana y quiso viajar a Disney y nos íbamos a quedar hasta la otra semana, pero era tu cumpleaños y no quería perdérmelo. Así que tome el primer vuelo y me vine para acá.

¿Acaso no era una ternurita? Desperdició sus vacaciones solo para estar conmigo en mi cumpleaños. No podía pedir a un chico mejor...aunque él ni siquiera me avisó que viajaría.

-¿Por qué no me dijiste que viajarías?

Él dejó de mirarme a los ojos y miro hacia otro lado.

-Lo siento, estaba algo molesto y...no tenía tu numero de celular.

Oh. Entendí porque él no me miraba a los ojos. Le daba vergüenza decirme que no tenía ni número. En parte, no puedo culparlo, pues yo tampoco tengo su numero.

-No te preocupes, lo entiendo. Pero ahora tienes que irte, tengo una cena familiar y las cosas no están saliendo bien con...- no sabía si debía decirle lo de mi padre reaparecido o simplemente no entrar en detalles. Creo que ya sé cuál es la mejor opción- mi familia. Tengo unos primos muy molestosos. De igual manera, gracias por venir hoy- le di un beso en la mejilla y él me tomo del cuello juntando nuestros labios en un tierno beso...¿Qué cursi verdad?...aún así...me gusta.

Me levante y me despedí con la mano. Entre a mi casa y me dirigí al comedor. Todos me miraron esperado una respuesta por lo mucho que había tardado y por qué tenía algo de césped en el vestido.

-Testigos de Jehova- fue lo único que dije antes de sentarme a la mesa.

-*-
La cena había terminado más rápido de lo que creí que duraría. Mis abuelos y mis tíos no paraban de ver las fotos de cuando yo era niña y no paraban de hablar de las anécdotas que estas relataban. Mientras que mis primos no dejaban de tomarle foto a las fotos (valga la redundancia) para que en un futuro no tan lejano, puedan molestarme con ellas. 

Mi padre no hablo nada el resto de la noche hasta que todos mis tíos se fueron. Cuando solo quedábamos Mi mamá, mi padre, Santi, Sabrina y yo, mi padre pidió que me dirigiera a la sala para poder hablar con él...a solas. Sabrina y mi mamá se fueron al cuarto de Santiago para hacer que se duerma, mientras yo me preparaba mentalmente para otra batalla campal con mi padre.

-Te comportaste muy mal, Lola- empezó él mientras miraba hacia la ventana- creí que habías madurado, pero veo que sigues siendo una niña. Sé que aún estás molesta por el hecho de que tu madre y yo estemos separados pero es tiempo de que superes las cosas y sigas adelante. Hoy vine con una propuesta que muchos en este mundo sueñan- me miró fijamente- un futuro mejor. Puedo ayudarte a que tengas mejores estudios, que puedas estudiar en una prestigiosa universidad en un futuro y que algún día puedas ser parte de mi empresa de bienes raíces en España. No te pido que me perdones. Te pido que piense en tu futuro. No es necesario que tomes la decisión ahora- se dirigió al perchero, agarró su saco y metió la mano en el bolsillo sacando una tarjeta blanca- cuando tomes la decisión, me llamas- me entrego la tarjeta y salió de la casa.