FINN

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Abrí los ojos, y vi un Mini Cooper ® nuevo, con un moño rojo, gigante sobre el parabrisas. -¿Te gusta?- preguntó Julian. Yo solo asentí sin apartar la vista del auto. –Es tuyo.- dijo agitando las llaves.

-¿Qué?- le pregunté girándome para verlo.- ¿Estás hablando enserio?- le dije mirándolo a el, y a las llaves.

-Sí.- afirmó. –Siempre estás sola en casa, y vives en Los Ángeles, tienes que salir.- dijo sonriendo. –Anda, tomalas.- dijo agitando las llaves, lo miré, y sonreí.

-Gracias.- le dije abrazándolo, antes de tomar las llaves.

-Julian.- le dije después de bajar del auto. – No traemos equipaje.

-Esa.- dijo sonriendo caminando hacia el área de carga del auto. –Es la segunda sorpresa.- dijo abriendo la parte de carga, donde habían 3 maletas, enormes para ser una maleta. Abrió dos de estas, y estaban llenas de ropa. Para mi.- Esta de acá es mía.- dijo señalando otra maleta, más pequeña. –Ahora.- dijo bajando una de las maletas grandes de ropa, y la suya.- Vamos.- dijo antes de caminar hacia el aeropuerto. Entramos, y revisaron el equipaje –lo cual tardó por la gran maleta de ropa que Julian me había comprado- y subimos al avión. Todavía no sabía hacia dónde nos dirigíamos. Pasé gran parte del viaje preguntándole que hacia donde íbamos, y el se negaba a responder. Después de un tiempo me rendí. Antes de aterrizar, alguna empleada del avión dijo "Dentro de 10 minutos arribaremos al aeropuerto de Hawái. –Rayos.- susurró Julian después de que la mujer hablara, y una sonrisa se me escapara.

Hermosa casa de playa- algo apartada de todo.- justo frente al mar.

-Gracias.- le dijo Julian al hombre entregándole el dinero.- Conserve el cambio.- le llaves de la casa de playa. -Vamos.- me indicó entrando a la casa de playa.

Entré, y Julian cerró la puerta detrás de el. La casa era muy linda. Julian dejó las maletas en la entrada, y se giró para verme.

-¿Qué te parece si nos damos un baño, y vamos a caminar por la playa?-me preguntó Julian, yo solo asentí. Julian llevó el equipaje hacia la habitación, y salió. Me di un baño, y me puse un vestido blanco- que estaba en la maleta- y trencé mi cabello.

Salí de la habitación, y pude notar en el suelo de madera, pétalos de rosas de mar, había algo escrito. Caminé un poco más, y pude distinguir lo que estaba escrito. Decía "¿Te quieres casar conmigo?" giré la cabeza, en busca de alguien, pero no vi nada. Me quedé leyendo el mensaje una decena de veces seguida, cuando sentí unos brazos que me abrazaban por la cintura.

-¿Qué dices?- susurró Julian en mi oído, antes de besarlo. Me giré sobre mis talones, para verlo de frente. También se había dado un baño, llevaba una playera blanca, y unas bermudas beige. Tomó mi mano, y se apoyó sobre su rodilla. Sacó una pequeña caja roja, y a abrió, dentro se encontraba un anillo. -¿Quieres ser mi esposa?- dijo sujetando la pequeña cajita frente a mi.

-Sí.- dije intentando contener las lágrimas de emoción. Me estaba pidiendo matrimonio. Era lo más feliz que me había sucedido. Julian tomó mi mano, y colocó el anillo en mi dedo. Besó mi mano, y se puso de pie. Me tomó de la cintura, y me atrajo hacia el. Puso una mano en mi mejilla, y sonrió, y comenzó a acortar la distancia entre nosotros. Me besó. Fue el mejor beso que me dio jamás.

-Te amo.- susurró antes de volver a besarme.- Te amo Oriana. Te amo más que a nada en el mundo.

-Y yo a ti.- le dije entre besos, Julian sonrió, y me abrazó. Tomó mi mano, y caminé por la playa, con mi futuro esposo.

Enamorada de mi dueño #Wattys2016Where stories live. Discover now