10 Razones para NO Enamorarse (#10RPNE)

Razón N°1: Chicos -Parte2-

Razón N°1: Chicos.
Parte 2. ¡LET'S DO IT, BITCHES!

—Oh Dios, oh Dios.—llevé mis manos a mi cabeza y comencé a dar vueltas por la habitación. Luke me miraba extrañado.

—Aho-ahora...oh Dios...¡ahora van a creer que vendo drogas!—exclamé-Van a llamarme "Ana, la drogui". No puedo permitir eso.—

<¿QUÉ PASA CON LA POCA DIGNIDAD QUE ME QUEDABA? ¿EH? ¿NADIE PENSABA EN ESO?>

—Eres la persona mas anormal que he conocido en toda mi vida. ¿Vender drogas?—comenzó a reír.—¿Por qué creerían que vendes drogas?—

—Las zapatillas colgando de cables atadas mediante los cordones son significado de venta de drogas, símbolo de una muerte, o territorio de una pandilla en especial, y por supuesto ¡de robos! ¿No entiendes? ¡Van a creer que robo, vendo drogas, mato gente y que estoy en una pandilla! ¡No quiero ir a prisión siendo tan joven! ¡No!-caí de rodillas al piso y él me miro incrédulo. Se encogió de hombros y salió de mi habitación como si nada.

<Idiota>

Bien.

Lo haría sola.

Caminé a mi armario y me coloqué unos pantalones. Por alguna razón olvidé que aún estaba en ropa interior. 

Miré el reflejo en mi espejo. Mi pelo castaño oscuro caía en cascadas sobre mis hombros, tenía ojos azules, eran bastante lindos a decir verdad. Esa era otra de mis diferencias con Lucía, ella era rubia y sus ojos eran verdes, verdes y perfectos. Siempre había odiado eso de ella. Era hermosa, y junto a ella era...era como un ¡poroto! Si un chico pasaba por nuestro lado era capaz de llevarme por delante mientras la admira a ella. Ja.

PD: Lucía, si lees esto, te amo.

Arrastré mis pies hasta la ventana y miré las zapatillas azules que colgaban de allí. ¿Cómo podría bajarlas? Recorrí con la mirada toda mi habitación y me detuve en las cajas con cosas que ni recordaba tener.

Una idea cruzó por mi mente, y sonreí mientras caminaba hacía ellas.
***

—Ahora, ¿quieres explicarme cómo te caíste de la ventana?—Sin comentarios.

Luke estaba al lado de mi madre intentando controlar las ganas de reírse.

Estúpido.

¡Todos los chicos son unos estúpidos!

¡Más razones para no enamorarnos de ellos!

—Anabeth, ¡pudiste haberte roto un hueso!—Mis piernas estaban llenas de golpes y moratones, ni rostro llenos de rasguños.

Maldito seas, Luke Whine.

—Tienes 16 años, Anabeth. Compórtate como alguien de tú edad.—se levantó suspirando y murmurando cosas, para luego encerrarse en su estudio. ¿Dónde estás cuándo te necesito, padre?

—Anda, ríete. Por tú culpa pude haber muerto.—

Bueno, al menos había conseguido mis zapatillas, no de la mejor manera, pero las había conseguido. Reí ante el recuerdo.

Había apilado una por una las 3 cajas, me había subido e intenté estirarme lo más que pudiese para alcanzarlas, y cuando estaba a punto de agarrarlas Luke entró en la habitación tomándome por sorpresa y viendo en el problema en el que me encontraba, se paró a admirar mi trasero aprovechando que estaba débil, y demasiado tarde tomó mi pie para que yo no cayese, pero estaba cabreada y prefería quedar con la cara plana y parecer un adefesio a que me salve justamente ese ser humano.