El Demonio de Katie (La Trilogía de Rhyn)

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Escrito por Lizzy Ford

Traducido por: Gabriela Rico-Warner, Lourdes Caamaño y Francisco Caamaño

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CAPITULO UNO

Gabriel volteó las páginas del libro del Oráculo, observando cómo las palabras se formaban solas al atravesar el pergamino, actualizando una serie de eventos que habían cambiado por decisiones nuevas hechas por el Concilio Que Fueron Siete.  Únicamente  el Oráculo, fallecido hace mucho tiempo y las deidades inmortales podían ver el Pasado, el Presente y el Futuro.

Él podía ver solamente el Presente, como si fueran diferentes escenas de alguna película en donde los actores continuamente cambiaban su conversación y sus escenarios.  Las palabras saltaban de la hoja y formaban imágenes al estilo holograma que bailaban sobre ésta. Amigos y desconocidos actuaban sus escenas estando parados, antes de volver a caer en fila, como los enunciados que eran.

Enséñame a Rhyn, le ordenó mentalmente Gabriel al Libro.

Siempre le echaba una mirada a su amigo, a quien había dejado en el Infierno para que cumpliera una sentencia que no merecía.  Los poderes de Rhyn ni siquiera Gabriel los podía controlar y el infortunado Inmortal era en realidad un peligro para todos ya que casi había destruido al mundo accidentalmente en varias ocasiones.

La amante y dueña de Gabriel, la deidad La Muerte, se materializó a su lado en el altar del Oráculo, que se encontraba en el centro de una fortaleza antigua en el Santuario.  Cada uno de los cuatro Santuarios estaba asentado sobre una isla y estaban aunados tanto al mundo humano como al Mundo Inmortal. Todos guardaban un tesoro inmortal, como el Oráculo.

Gabriel sintió la desaprobación de La Muerte.

“Lo sé,” dijo y volteó la hoja del libro mientras continuaba observando a Rhyn.

La Muerte tomó su forma humana, una forma muy femenina, mostrando así respeto por las mujeres de este Santuario que parecía convento.  La Muerte se convirtió en una mujer bella, una mujer de luz, de sonrisas y de ojos que cambiaban de blancos a negros, o podían convertirse en todos los colores conocidos.  Midiendo casi siete pies de altura, con ojos y  cabello más obscuros que la noche y portando un mal gesto siempre, Gabriel era lo que la gente más esperaba que fuera  La Muerte. Sin embargo, cuando la gente moría, sólo veían a aquella esbelta mujer con el cutis transparente y brilloso: deslumbraba con una luz hermosa que emanaba paz.

“Quiero saber si…”

“¿Rhyn?”

“Sí”

“Los Inmortales se parecen un poco a los humanos, ¿no?” Preguntaba La Muerte. “Comparten las mismas debilidades.”

“Yo sé lo que en realidad pasó y tenía la esperanza que otros lo descubrieran.  Él no merece estar en el Infierno,” contestó Gabriel.

“No puedes interferir más.  ¿Cuántas veces te he advertido sobre quebrantar el Código Inmortal? ” 

“¿Qué?  ¿Nada te preocupa?” Le preguntó en un tono neutral, sabiendo de antemano cuál sería la respuesta. “Y técnicamente yo interferí haciéndolo desaparecer antes de que la gente entendiera que él había salvado a la humanidad.”

La Muerte sonrió serenamente y puso su pequeña mano sobre el libro.  Las miradas de los dos se encontraron.

“A fin de cuentas,  todas las cosas terminan viniendo hacia mí,” dijo ella. “Incluyéndote a ti, ¿sabes?

“Algún día.”

“Y algún día voy a adquirir a Rhyn. Está en mi lista, Gabriel.”

Él se quedó callado,  las palabras y los hologramas tornándose borrosos a su vista mientras pensaba. Los únicos Inmortales en la lista de La Muerte eran aquellos que iban a morir eternamente.  Gabriel siempre tuvo esperanzas de que Rhyn recibiera otra oportunidad.  Mientras tanto, el Infierno era el lugar en donde yacería este peligroso Inmortal hasta que el mundo estuviera listo para recibirlo.

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⏰ Last updated: Jun 13, 2013 ⏰

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El Demonio de Katie (La Trilogía de Rhyn)Where stories live. Discover now