CAPÍTULO 7

63 6 1
                                    

Parecía como si esos pitidos tan molestos no fueran a cesar nunca. Después de varios intentos fallidos, al final logré abrir mis ojos con dificultad.
Fuí procesando la situación poco a poco. Las paredes blancas me rodeaban junto a unas máquinas a cada lado de la camilla en la que estaba estirada.
Seguí el recorrido de los cables hasta mi brazo dolorido.
Intenté quitarlos con suma delicadeza para evitar el dolor que sentí ese mismo instante. Maldije bajándome de la camilla con cuidado.
Y entonces los recuerdos inundaron mi mente. Subí la bata para encontrarme con lo que ya me esperaba.
Mi muslo estaba vendado, pero aún así se podía ver restos de sangre.
Con la ayuda de la pared, salí del cuarto y fui caminando por el pasillo. Me detuve en la esquina para descansar un poco y fue en ese momento en el que me di cuenta de algo raro. Miré los zapatos de la mayoría de las personas que trabajaban allí, y mire de nuevo a los zapatos de dos hombres que pasaban mirando como si estuvieran buscando a alguien. Llevaban botas negras al contrario de las pantuflas blancas que utilizaba el resto del personal.
El pánico se sustituyó el dolor que sentía en todo el cuerpo. Las lágrimas empezaron a llenar mis ojos impidiendo que pudiera ver con claridad.
Y haciendo caso omiso de la sangre que manchaba la bata blanca empecé a correr como pude. Volví al cuarto en el que estaba y cogí la ropa que habían metido en la bolsa respetando mis pertenencias. Fuí corriendo hasta la señal donde indicaba que allí había un baño y entré. Me vestí aún estando el pantalón agujereado.
Abrí la puerta para ver que estaba pasando cuando los dos hombres pasaban para ir dirección a la habitación en la que estaba minutos atrás.
Cuando les perdí de vista me puse a andar, intentando pasar desapercibida y escondiendo una mueca de dolor ya evidente.
Me relaje un poco cuando dejé el hospital detrás de mi.

Las lágrimas volvieron inundar mis ojos, sentía frío por todo el cuerpo.
Intenté protegerme con la chaqueta y me abracé a mi misma para intentar huir de esta horrible pesadilla.

Después de lo que parecieron horas, llegué a mi casa.
Saqué la llave del bolsillo trasero I me dispuse a meterla en la cerradura cuando la puerta se abrió sola.
Eso era una mala señal. Una muy mala señal.
Entré evitando hacer ruido.
Lo único que se oía en toda la planta baja era la cafetera avisando que el café ya estaba listo.

- Mamá?

El silencio me devolvió la respuesta.
Entré en la cocina y pude ver que detrás de la isla de la cocina, sobre la moqueta, una gran Mancha roja llamaba la mayor parte de mi atención!

-Noo!!!!- Me arodilléa su lado poniendo su cabeza sobre mi regazo- Por favor mama, despierta!!! No me dejes sola, no puedes dejarme sola!!! Por favor mamá!! Tienes que despertar!!! Tienes que despertar, mamá, debes despertar!!!.- Las lágrimas que caían de mis mejillas mojaban su rostro ensangrentado.

Y todo empeoró cuando unos metros atrás vi a Emma.

Que clase de monstruo asesinaba a sangre fría a una pobre mujer y una niña indefensa!!! Porque?!!! Porque!???

Me quedé arrodillada delante de ellas durante un rato mirando a la nada.
Me lo han arrebatado todo. Me lo han quitado todo sin pestañear o dudar.

Tenía que salir de allí lo antes posible. Sabía que iban a volver y tenia que desaparecer pero ya.
Corrí a mi habitación sacando una mochila debajo de mi cama y poniendo en ella todo lo que realmente necesitaba. Mi documentación, todo el dinero en efectivo que había podido encontrar en casa y ropa.

Antes de salir me aseguré de preparar algo que en un futuro pudiera serme útil.

***

La pantalla del ordenador me estaba mostrando exactamente lo mismo que yo pensé que harían: Volver.
El mismo hombre que vi en el callejón, estaba en el salón de mi casa con dos más inspeccionando el lugar. Cogí el móvil e hice esa llamada que horas atrás estaba esperando impaciente por hacer.
El teléfono empezó a sonar en la pantalla y fué muy estúpido porque lo cogió.

- Escúchame bien carbonazo de mierda, yo misma me encargaré de torturarte hasta que ruegues tu propia muerte. Te arrebataré absolutamente todo antes de lanzar tu cuerpo descuartizado al mar para que acabe pudriéndose en el estomago de ballenas y tiburones. Así que reza para que no te encuentre hijo de puta, porque si lo hago, y créeme que lo haré, mi cara será lo último que veas antes de que el infierno te de le bienvenida con los brazos abiertos- Dicho esto desconecte la llamada, apagué el portátil. Y dejando un billete sobre la mesa, salí a toda prisa de ese bar de mala muerte.

Me lo había arrebatado todo, y ahora iba a cobrar venganza.
Así que me puse a andar hacía el único lugar al que podía ir y con la única persona con la que podía sentirme segura:Danny

N:
Un poco corto pero espero que lo disfrutéis las pocas que estés siguiendo la historia.

Gracias por leer!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 07, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ROMPIENDO LAS REGLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora