12. Besos sabor magenta

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(Diego)

Bostezó por enésima vez y entró en Góngora.

―Me muero de sueño ―lo saludó Aaron que estaba sentado en el suelo con la espalda apoyada en el muro.

―¿Qué haces ahí? ―preguntó confuso.

―Hoy no me veo capaz de esquivar lo que sea que se estén lanzando ―explicó Aaron señalando a los tenistas, él asintió y se sentó a su lado.

La verdad que él tampoco se veía muy capaz de esquivarlos, mejor esperaba a que el profesor de Educación Física los disolviese.

Bostezó de nuevo y cerró los ojos. Había pasado gran parte de la noche organizando el ataque a Quevedo junto con Aaron, Lucas, Dafne y los demás. De hecho, esta tarde todos iban a ir a Góngora a ayudarlos con los globos de agua/pintura y para terminar la catapulta. Pero además de eso, tardó aún más de lo habitual en conciliar el sueño, no había parado de tener pesadillas donde Lydia lo dejaba y se marchaba con Gael. Empezaba a pensar que quizás pasaba demasiado tiempo con José.

―Por cierto, ¿para qué fue a verte ayer Eli? ―preguntó recordando como ayer Eli había aparecido en el Parque Lorca buscando a Aaron, su amigo se pasó la mano por el pelo y suspiró pesadamente antes de señalar su ojo morado.

―Me preguntó si la había dejado que me pegase el puñetazo para que se sintiera mejor ―contestó Aaron con simpleza.

―¿Y qué le dijiste?

―La verdad ―asintió lentamente y Aaron se tiró del flequillo―. Dijo que estaba loco y luego se fue... Fue bastante bien, pensaba que había ido a ponerme el otro ojo morado por lo del beso.

―¿La hubieras dejado que te golpease de nuevo? ―curioseó divertido, Aaron negó rápidamente con la cabeza.

―¿Estás loco? Puede que no lo parezca pero Eli tiene un buen derechazo, y un ojo morado por amor es todo lo que puedo tolerar ―respondió Aaron mientras colocaba las manos tras la nuca y estiraba las piernas―. Mira, por ahí va Gael. ¡Gael!

Aaron gritó y saludó al pelinegro que le devolvió el saludo confuso antes de entrar en su torre.

―¿Qué pretendes? ―preguntó molesto.

―Adivinar por su cara si ayer pasó algo con Lydia ―respondió Aaron muy convencido.

―¿Y? ¿Descubriste algo en ese segundo que te miró?

―Si, huyó de nosotros; está claro que ayer movió ficha con Lydia ―sentenció Aaron dándole una palmada en el hombro, él puso los ojos en blanco y Aaron volvió a darle otra palmada―. Si quieres probar la catapulta con él, sabes que cuentas con tooodo mi apoyo.

―¿Lucas no te prohibió acercarte? ―recordó mientras trataba por todos los medios de no dejarse llevar por las palabras de Aaron.

Lo mejor que podía hacer era esperar a Lydia y que ella le contase si Gael volvió a coquetear con ella y pobre de él como la respuesta fuera sí.

―Sí, pero él no tiene porque enterarse ―susurró Aaron.

―¿Quién no tiene que enterarse de qué? ―preguntó Lucas con voz seria por lo que ambos levantaron la mirada y encontraron a su amigo observándolos con los brazos cruzados―. Te recuerdo que tienes prohibido acercarte a la catapulta.

―Sí, eso mismo le estaba diciendo a Diego ―Aaron dejó de mirar a Lucas para mirarlo a él―, no puedo ayudarte a lanzar a Gael en la catapulta, ayer Lucas me prohibió tocarla.

Besos sabor magenta (TQST Libro #2.5)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora