Capítulo 4.

12K 1K 316
                                    


ARIANNA // Una semana después.

¿He dicho alguna vez que mi madre me saca de quicio? Si no lo he hecho, este es justo el momento indicado: me saca de quicio.

Y no lo digo por sus constantes intentos de que coincida sacando la basura con Ian -que también-, sino por el hecho de que supuestamente estoy todavía bajo su tutela mientras viva en su misma casa, por lo tanto y, muy desgraciadamente para mí, debo cumplir su más absurda obligación innecesaria y que, según ella, es lo mejor para mí, para quitarme de encima todo lo que he soportado durante estos meses: ir al psicólogo.

Es la peor idea que se le podría haber ocurrido jamás. Sabe que aún no he superado lo de Niall y que, tristemente, puedo tardar mucho más tiempo en hacerlo, así que su única solución es mandarme a un loquero para que le cuente mis problemas e inseguridades y así sentirme mejor conmigo misma.

Probablemente a otras personas les sirva, pero a mí no. ¿Para qué quiere la gente conocer tus problemas si ya tienen suficiente con los suyos propios?

Y protesté. Por supuesto que lo hice, mas fue en vano. No hubo manera alguna de hacerla cambiar de opinión. Piensa que desde que ocurrió todo el tema con Niall, no soy la misma. Estoy más ausente, mucho más fría, borde y con cambios de humor muy repentinos. Es completamente normal después de todo por lo que he pasado. Pero para ella no. Para ella todo es una contradicción y que necesito ayuda para que todo lo malo en mi interior se "vaya".

Así que aquí estoy, sentada en la sala de espera del psicólogo maldiciendo a mi madre. Hay más gente aquí además de mí, pero permanecen muy callados así que es como si no estuvieran.

Miro a mi izquierda y veo a un hombre susurrándose palabras a sí mismo, las cuales no logro a entender por su bajo tono de voz. No hace nada más que balancearse sobre la silla azul acomodada, respirando agitadamente. Su cabello castaño está muy alborotado, como si no se hubiera peinado en años.

Trago saliva y decido mirar hacia otro lado.

Transcurren varios segundos cuando siento una mirada completamente fija en mí, recorriendo todo el perfil de mi rostro. No sé si debería girar la cabeza, pero de todas maneras, lo hago. Y me encuentro con unos ojos azules oscuros penetrando en los míos como si de balas atravesando la piel se tratasen. Los mismos ojos del hombre que murmuraba para sí mismo.

Inspiro profundamente, intentando ignorar su extraño comportamiento hacia mí. Percibo cómo se me aproxima, atravesando varias sillas justo para llegar a la que está al lado de la mía. Mi corazón comienza a acelerar y estoy empezando a ponerme ligeramente nerviosa.

-Así que... Lo que me dijo e-era cierto. -tartamudea.

Hago caso omiso a su comentario. De todas formas, no tengo ni idea de lo que está hablando.

-Si te digo la verdad, pe-pensaba qu-que estaba quedándose co-conmigo, como siempre hace.

Cojo aire y lo expulso lentamente.

-Estás aquí.

Lo ignoro.

-La famosa Arianna Montrose.

Mi cuerpo se hiela al escucharle decir mi nombre, pero sobre todo, la frase completa. La última vez que oí esas palabras salir de la boca de otra persona, las cosas no terminaron nada bien. Y con eso me refiero a que yo acabé mal. Huyendo.
La respiración se me entrecorta por unos escasos segundos, no dando crédito.

Dark grey » Niall Horan {Deep colours #2} CANCELADA Where stories live. Discover now