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Ya en tus habitaciones, Azul se había puesto muy romántico contigo, realmente romántico, después de tanto tiempo sin verte y extrañándote, rodeado peces feos y malolientes, tanto el púlpito quería para un rato agradable con su esposa.
Ya la ropa había volado y solo quedaba el traje natural de ambos, estaban bajo las sábanas profesando caricias mutuamente al igual que besos y susurros de amor, los dos estaban disfrutando su tiempo a solas de verdad lo hacían... Hasta que la puerta se vino abajo tras un gran estruendo.
-¡Pulpito! ¡Camaroncito! Ya nos ocupamos del surströmming- Exclamó Floyd alegremente tras tirar la puerta de una fuerte patada
-¡Oh, por los siete mares! ¡Pero qué cosas están haciendo los dos!- Exclamó Jade fingiendo sorpresa, hasta se llevó una mano a la boca
-.... ¡¡MI PUERTA!!- Dijiste con sorpresa y horror -¡¿QUE LES DIJE DE ROMPER ALGO DE MI BAR?!- Agregaste enojada
-¡¿Y QUE LES DIJE SOBRE INTERRUMPIRME CUANDO ESTOY A SOLAS CON _____?!- Grito Azul más enojado
-Eso es solo cuando sabemos que están a solas y ahora no teníamos idea de lo que estában haciendo- Se excusó rápidamente la anguila mayor.
-La puerta cerrada con doble segura debió decirles algo- Inquiriste mirando con disgusto a la anguilas mientras te cruzaste de brazos y piernas aun en la cama, pero estos aún sonrieron de manera inocentemente malévola.
-Neeee.. ¿De verdad estaba cerrada con seguro? No me di cuenta- Dijo Floyd aun con esa sonrisa maliciosa a la vez con ayuda de su hermano volvían a colocar la puerta en su sitio -Pero llegamos en buen momento ¿No crees hermano?- Habló la anguila mirando a su hermano
-Si yo digo que si~ Con estas vista de nuestra esposa~- Dijo Jade sin quitar la mirada de cierta zona al descubierto.
-¡Ustedes ni se les ocurra! Destrozaron mi puerta así que la reparan!- Exclamaste aun molesta y señalando acusadoramente a ambos hermanos que ya se quería subir en la cama.
-¡¿Eeeeeh?! Pero camaroncitoooo~- Canturreo Floyd inflando las mejillas
-Hemos estado tanto tiempo sin verte, ni sentirte o escuchar tu linda voz de sirena, es injusto que solo seas cariñosa con Azul- Tambien se quejo Jade fingiendo estar dolido
-..... ¡¡YO TAMBIEN ESTUVO MUCHO TIEMPO SIN ELLA, PENDEJOS!!- Exclamó el capital pulpo indignado -También necesito cariño y mimos de mi _____, no pueden culpar de yo pedirlo primero que ustedes- Agregó comenzando a ponerse rojo de que el par se hagan los pendejos
Sin embargo estos gemelos solo ignoraban los regaños de Azul y se te quedaban mirando como ojitos de cachorrito, como si te pidieran permiso para jugar también no los dejen por fuera.
-...... Bien, pero después ¿si?- Dijiste cediendo un poco pero intentar ser firme.
-¡Gracias!- Interrumpieron ambos saltando a la cama y comenzando desvestirse
-¡¡HEY!! ¡¡ELLA DIJO DESPUÉS, NO AHORA!!- Reclamo Azul queriendo tirar al gemelo que tenía más cerca de una patada, incluso invocar sus tentáculos y arrojar a los dos fuera del cuarto
-¡¡ADEMÁS ESTÁN FALTANDO A LAS REGLAS QUE HICIMOS!!- Reclamaste también
-Pero hace tiempo los tres no jugamos juntos y echo de menos mirar cuando Azul juguetea con sus tentáculos en ti- Dijo Jade con esa sonrisa lasciva
-¿O acaso tú no echas de menos jugar los cuatro, púlpito?- Preguntó Floyd mirando ahora a su capitán, Azul se sonrojo al acto por que si bien le gusta el tiempo a solas contigo, también es divertido cuando hacen un cuarteto.
-..... Aaargh.. Bien pero solo una ronda, que los conozco- Dijiste cruzada de brazos y ya resignada
-¡Que! ¡No, espera _____! ¿Que paso con nuestro tiempo...- Intentó quejarse pero ya vio que los gemelos no se iban a detener y tu sabes como son este par -... Ya que ¡Pero nada de morderme a mi! Y te lo digo a ti Jade- Dijo el Azul ya dejando de luchar
Pero ese comentario último hizo que tanto tú como Floyd se le quedaban mirando a Jade con cara de poker, ya que ninguno de los dos se vio venir eso del elegante segundo al mando.
-¿Qué? Floyd lo mordía todo el tiempo de pequeños y yo siempre tuve curiosidad, así que cuando vi la oportunidad la tomé- Dijo Jade como si no hubiera hecho nada malo
Y tras esa pequeña discusión tuviste que atender a tus tres esposos por igual, no caminaste el resto del día siguiente, por qué rompieron su promesa de solo una ronda.
FIN... Tal vez.
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