Mío

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Todos guardaron silencio cuando Ivan entró en la sala, expectantes de todos sus movimientos. Su padre le cedió el control temporalmente. 

— Nuestra gente ha muerto, gran parte de la población ha perecido en acciones injustas tomadas por el cielo. — Algunos muestran su odio, muchos otros guardan silencio y escuchan. — Quieren que paguen por esto, ¿Qué les da el derecho? Hemos obedecido sus reglas desde siempre, ¿Para que? ¿Para que, al final nos maten? 

Todos están de acuerdo, incluso los reyes que permanecen neutrales.

— Pero no somos tontos, esperaremos… en silencio y cobraremos las mismas vidas que nos quitaron… — Lucifer frunció el ceño por sus palabras pero Ivan siguió hablando. — Pero no hay necesidad de caer tan bajo como ellos, seamos misericordiosos… — Ivan sonrió con burla. 

Algunos se rieron por sus palabras. 

— Ofreceremos la piedad que ellos tan egoístamente nos han quitado y cobraremos la libertad que merecemos por estos actos tan crueles. — Manos se alzaron estando de acuerdo con sus palabras.

Lucifer estaba preocupado y los reyes que aunque seguían a Lucifer no es que haya cosas lindas que recordar del cielo. Pero su lealtad era mucho más grande, mucho más que sus propios deseos. 

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Alastor frunce un poco el ceño mientras escucha lo que Ivan tiene que decir, después de su desaparición, viste las mismas ropas, parece ser el de siempre y aún así puede ver que algo está mal. 

La mirada que les da a todos carece de esa familiar calidez que vio tantas veces, siempre pensó que Ivan era alguien complicado de entender, con valores demasiado arraigados en su personalidad, es frustrante no poder entender qué pasaba, esto no es como se supone debía ser. ¿Verdad? 

Fue complicado de decir pero se sintió incómodo por alguna razón. 

Sabía que no estaba del lado bueno de Ivan, pero alguna vez lo estuvo y si algo aprendió de estar a su lado,  es que Ivan puede ser cerrado con sus verdaderos pensamientos. 

Por eso no prestó mucha atención a sus palabras y se dedicó a mirarlo con especial cuidado, la forma en que se mueve, el cómo lo dice, simplemente se sintió fuera de lugar. 

La duda de que es lo que pasó en el cielo llegó, ¿Qué le hicieron a su príncipe? 

Cuando acabó la reunión y todos se retiraron Alastor se acercó a él, Ivan lo mira un rato y parecen discutir con la mirada, se conocen, él fue el primero en conocer de manera más íntima a Ivan, él sabe, Ivan sabe… que uno debe ceder y Alastor no lo haría. 

Ivan aparta la mirada con una mueca de disgusto puro, pero Alastor solo sonríe mucho más. 

— Alteza, me permitiría unos minutos. — Ivan lo mira mal pero termina cediendo a la petición, esperan a que todos se vayan primero.

— ¿Qué es lo que quieres? — preguntó cuando se quedaron solos. 

— Estoy preocupado, su majestad… — Ivan se burló. 

— ¿Preocupado por el infierno? ¿Tú? No me hagas reír. — Ivan se cruzó de brazos. 

— No del infierno, de usted. — Ivan parece quedarse en blanco antes de enojarse, Alastor solo puede deleitarse por sus reacciones. 

El Hijo del Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora