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2 de mayo de 2016

Habrán pasado casi tres años desde que Eduardo y Christina comenzaron con su niñería de cambiar parejas temporalmente manteniendo su relación aún.

Pasaron algunas cosas por culpa de ese juego y se descubrieron otras.

Eduardo se enamoró de Lola (la chica con la que él salía como segunda pareja). Claro que el ya la tenía predeterminada, ya la había visto, ya la conocía de lejos, y fue esa su oportunidad para casarla y atraparla entre sus garras. Ese era su objetivo al final de cuentas con el juego de cambio de parejas.

Lola se dio cuanta de lo que había pasado y de cómo jugaron con ella así que decidió ya no salir más con el. Cómo Eduardo ya no estaba enamorado de Christina desde hacía ya varios meses, la terminó.

Para él fue fácil pero para Christina nada de eso. Lloro ese día y rogó que no lo hiciera, se arrastró y se retorció en su cama por la tristeza que tenía a causa de perder a su único apoyo.

Sentía que su vida ya no tenía sentido, pero rellenó ese hueco que el había hecho con alguien más. Con Lucas, a él nunca se le dijo que que su relación con Christina era falsa, no lo sabía, y Christina no se lo había dicho por qué lo tenía que mantener a su lado para no estar sola. Le aterraba la idea.

Tiempo después se dijo que Lola y Eduardo habían terminado pues ella se había enterado de todo.

Eso ya quedó quedado en el pasado, bueno, hasta un 2 de mayo de 2016. El desastre. La detonación de la bomba. El caos. Christina y Lola se encuentran de nuevo.

-Me enteré que una compañera de la secundaria entró nueva ayer, y necesito que me ayuden. Me hizo la vida imposible y tengo que agarrarla ahora que tengo la oportunidad, niñas.- aviso a un grupo de amigas que había hecho en la preparatoria.

-Claro que si. La vamos a hacer sufrir hasta que se vaya de aquí.- comentó una chica de piel morena y cabello chino.

-No, no quiero que se vaya, quiero que se mate.

Las cuatro chicas que están escuchándola se ponen alerta, abren los ojos como platos y se quedan paralizadas.

-Es broma.- trato de amenizar su susto. Ella en el fondo claro que tenía como objetivo ese.

Sueltan una sonrisa forzada pues el ambiente está bastante tenso.

-Bueno, hoy las veo en las canchas para que la busquemos.

-Cuanta con nosotras.

...

El día transcurre con normalidad, es una preparatoria privada, queda demasiado cerca de la secundaria de los chicos y por esa razón...terminan ahí los cuatro.

¿Qué si lo saben? Claro que si. Se han visto en múltiples ocasiones pero para ellos es cosa del pasado.

A excepción de Christina cuando volvió a verle la cara a Lola.

-Ahí va. Hija de la chingada.- se quejó detrás de un muro con sus cuatro cómplices viendo como Lola entraba al baño.

El coraje se apodera de ella en ese momento.

-Vamos.- volvió a añadir y se dirigió ahí a paso rápido.

En los baños solo están ellas seis pues en la preparatoria esta  distribuidos cuatro baños y ese es el más solo siempre por su tamaño pequeño.

-Ciérrenle.- ordenó en un susurro Christina a sus amigas.

La puerta ahora está cerrada y Lola no tiene a dónde ir.

Flores que sangran Where stories live. Discover now