Capítulo 2:

1.2K 66 21
                                    

Salí rápido y busqué a Damián, suspiré aliviada cuando lo vi sentadito en un rincón y me acerqué a él.

- Dónde estabas? - Pregunté.

- Yo me quedé acá todo el tiempo, vos te mandaste nomás. Eu un olor a cigarrillo tenés, no me digas que te fuiste a fumar. - Dijo Damián levantando una ceja.

- No pero me encontré a alguien en el camino.

- A quién?

- Ah no sé, después te cuento. Terminemos esto o nos van cagar a pedos. - Dije y Damián asintió.

23:03 p.m

- Ma, llegué. - Grité ni bien abrí la puerta.

- Y cómo te fue hija? Lo viste al peluca? - Dijo mi mamá.

- De lejos nomás, lo vi a Santiago Caputo.

- Ah ese, todas las pajeras están alzadas con el pibito ese. Igual es lindo muchacho.

- Hablé con el ma. - Dije, mi mamá me miró fijo.

- Y qué pasó? Ay yo te conozco a vos, mirá lo roja que te ponés. - Dijo mamá, yo me llevé las manos a la cara.

- Ay ma, no pasó nada. Hablamos nomás, me metí en una de las piezas esas que tiene la casa rosada y estaba ahí justo fumando, para el colmo perdí la oportunidad de hacerle una nota porque el pancho de Damián se me perdió entre toda la gente.

- Y cómo es? Es macanudo o se manda la parte? Tiene pinta de ser medio nariz parada.

- No sé, no hablamos mucho. Me dijo que me debía la nota. - Dije lo último con timidez, mi mamá se cagó de risa.

- Seguro se enamoró de vos. - Dijo mi mamá entre risas, yo me reí también y le tiré con el repasador.

- Sos terrible ma.

Había llegado la madrugada y yo no podía pegar un ojo, me metí un rato en twitter para ver si me agarraba sueño.

Por todos lados estaba Santiago. Agarré y lo busqué en instagram para seguirlo pero no tenía, lo busqué por Google para ver si había información de el, cuántos años tenía o algo pero no había datos, ni una red social ni información en internet. Que raro este pibe.

6:30 a.m

Me despedí de mami y me fui para la parada del colectivo para ya irme al trabajo.

Iba caminando tranqui por la calle, de repente sentí que el celular me empezó a sonar, lo saqué de la cartera y ví que decía Número privado.

- Hola. - Dije extrañada.

- Hola _____. - Una voz grave y varonil hizo que me sobresaltara, era él.

- Ah, es usted. Pero... cómo consiguió mi número? - Pregunté intrigada, pude escuchar como Santiago se rió.

- A mi no se me escapa una. - Dijo en tono de broma, yo no dije nada. Me parecía muy raro porque habíamos hablado ayer por primera vez y sólo se sabía mi nombre.- No te asustes, después te cuento cómo conseguí tu número.

- Bueno...No quiero sonar mala onda pero estoy en la parada del colectivo para irme al trabajo que ya estoy llegando un poquito tarde, ya que tiene mi número no le parece si me llama más tarde? - Dije tratando de no sonar muy ortiva.

- En donde andás? - Preguntó.

- En Avenida Corrientes.

- Entre que calles? - Preguntó, yo dudé por un momento. Pero que le importa.

- Entre la 9 de Julio y Suipacha.

- En 5 estoy ahí.

- Pero... - Y no pude terminar la oración porque me di cuenta que ya había cortado. Lo llegan a ver por acá y se arma la sanquintin.

Me senté en el escaloncito de un edificio a esperar a Santiago, no tenía idea de qué auto tenía pero deduje que iba a ser disimulado, eso espero.

- Perdoname por hacerte esperar. - Me sobresalté al escuchar la voz de Santiago casi al lado mío, miré y ahí estaba de cuclillas frente a mi con unos lentes negros.

Se paró y me extendió la mano para ayudar a levantarme, no dudé y le dí la mano.

- Bueno, vamos que no quiero hacerte llegar tarde al trabajo. - Me dijo, yo asentí y caminé a la par de él, por suerte el auto estaba estacionado ahí nomás.

- Igual, no es necesario Santiago. Seguro está muy ocupado...- Dije deteniendome en mi lugar, el me miró y esbozó una sonrisa.

- No estoy ocupado, además algo te debía. - Dijo, yo sonreí y negué con la cabeza finalmente resignandome.

Me abrió la puerta para que entrara al auto y después se subió el, le indiqué donde trabajaba y puso el auto en marcha.

Miré por la ventanilla y pude ver por el reflejo del vidrio la mano de Santiago sobre la palanca de cambio. Que lindas manos tiene.

- Tuviste mucho trabajo estos días? - Dijo interrumpiendo el silencio.

- Sí, bastante pero me gusta lo que hago igual..Desde chiquita quería dedicarme a esto y bueno acá estoy.

- Bueno igual que bueno que lo lograste, es un gran logro llegar a ser lo que quisiste de chico. - Dijo.

Asentí y continué mirando por la ventanilla, por suerte no se veía nada por los vidrios polarizados.

No sabía que decir para que no haya un silencio incómodo, no sé por qué pero me re costaba articular una sola palabra y eso que mayormente hablo hasta por los codos.

Que digo? No puedo ser tan tarada.

- Y usted cómo lo está llevando a su trabajo? Digo ahora que Javier es presidente todos deben estar a mil por hora. - Dije, no se me ocurría otra cosa. Santiago se rió.

- No me tutees por favor, me hacés sentir viejo. - Dijo entre risas.

- Pero es por una cuestión de respeto. - Respondí avergonzada.- Además no sos viejo, qué decís.

- Bueno, que se yo.. Qué edad me das? - Dijo riéndose.

- Unos 26 más o menos. - Dije, Santiago negó con la cabeza y sonrió.

- Ojalá igual. - Dijo, yo me quedé pensando.

- 29, tiro por tirar.

- No, no... Tengo 38. - Respondió y yo me quedé pensando en cómo carajo hacía para verse tan bien, tenía casi la misma edad que mi papá.- Vos cuántos años tenés?

- Yo tengo 22. - Respondí media tímida.

- 22? - Noté como que se sorprendió un poco por mi edad, yo miré por la ventanilla porque me ardía la cara como la mierda.

Habíamos llegado a mi trabajo, nos despedimos con un beso y le agradecí. Justo cuando estaba saliendo del auto sentí que me agarró la mano sutilmente y me dió un papelito. Salí del auto y lo miré extrañada.

- Para lo que necesites. - Me dijo, yo miré el papel y era su número, sonreí y negué con la cabeza, cerré la puerta del auto y caminé hasta la puerta del estudio, miré el auto de Santiago que seguía ahí y saludé con la mano, él tocó bocina y se fue.

- No me la contes... - Dijo Damián saliendo de un arbusto gigante.- Ese era?

- Me asustaste boludo. - Dije.- Que hacías ahí de chusma? Entrá dale que hoy tenemos un laburito bárbaro.

- Tranqui, que yo no voy a decir nada. Igual tené cuidado con esa gente... Mirá que vos recién estás empezando y te puede meter en problemas. - Dijo Damián, yo lo miré confundida.

- Dami no pasó nada así que no te preocupes, se ofreció a traerme nomás. - Respondí.

AMOR POLÍTICO (SANTIAGO CAPUTO X TN) Where stories live. Discover now