Capítulo siete.

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Capítulo siete. 

Isabella Vanderson


—Tengo algo para ti.

No miro a Abraham mientras estiro el cinturón de seguridad a mi alrededor y cuando vuelvo a mirarlo lo encuentro extendiéndome una caja de terciopelo negra.

—¿Qué es eso? —cuestiono frunciendo el ceño.

—Tu anillo, si George pregunta cuál es tu lazo conmigo tienes que explicarlo ¿no?

Cierto, dijo que me conseguiría uno, tomo la caja abriéndola para descubrir la pieza.

Una delgada banda de oro con pequeñas piedras incrustadas en su longitud, coronada por una un poco más intrincada entre pequeñas tiras más claras que podrian ser plata. 

Olvídate de que este matrimonio sea falso, ese maldito anillo no dice falso por ningún lado. 

—¿No va a quedarme muy grande o pequeño? —Lo saco de la caja para deslizarlo en mi dedo anular, la banda se ajusta perfectamente en su lugar y yo arqueo una de mis cejas mirando a Abraham—. Esto no es suerte.

—Tu hermano me consiguió la talla de uno de tus anillos, no debería sorprenderte.

—Lo hace porque hizo todo un teatro cuando supo que nos casaríamos—murmuro rodando mis ojos y Abraham estira su cinturón por sobre su pecho.

—Tiene razones, supongo —puntualiza, aclaro mi garganta.

—¿Cuáles?

—Personalmente no permitiría que mi hermana se meta en un matrimonio falso por ayudar a alguien.

—Bueno, sigo sin ver el problema —Me encojo de hombros—. ¿Estás metido en negocios ilegales o algo parecido? —Él me mira brevemente arqueando una de sus cejas.

—Hubiera contratado a alguien para deshacerme de George y evitar esto ¿no lo crees?

—Dije negocios ilegales, no mafia o sicariato, Roulsset— Abraham se ríe entre dientes llevando sus dedos al volante para tamborilear lentamente.

—Mi padre estaba en obsesionado con los juegos de casino y puede que lo hayan perseguido por eso ¿cuenta como ilegal?

—¿Estás hablando en serio? —Se encoge de hombros sin mirarme, mis labios se fruncen—. Bueno, mientras no vengan a cazarte a ti, supongo que está todo bien —simplifico removiéndome en mi lugar —. ¿Tu hermana no visita a Lindsay? —cuestiono luego de unos segundos, no recuerdo el nombre de la chica, pero sé que es una adolescente ahora.

—La llevé a verla dos veces cuando la madre de Lindsay estaba viva, pero no ha vuelto, si mamá se entera tendremos un problema.

—Sé que es un poco entrometido, pero ¿por qué suena cómo que tu familia es tan lejana? Quiero decir, sé que mencionaste lo de la traición de tu padre y entiendo que tu madre esté guardando rencor a eso, pero no puede solo odiarlos por juntarse con Lindsay,

—Nuestra familia se fracturó cuando nos enteramos de la infidelidad de papá, sí, pero tampoco éramos muy normales que digamos. Mamá comenzó a odiarlo, mi hermana se apegó a ella y, aunque yo también lo odié un poco, permanecí con él para acercarme a Lindsay.

—Supongo que el hecho de no abandonarla te hace una buena persona —enuncio por lo bajo sin dejar de verlo.

—Me hace una persona decente, pensé en que no me importaría, pero Lindsay no es culpable de lo que mi padre le hizo sentir a mi madre con su traición, es solo una consecuencia —Tuerzo los labios porque, aunque sé que no lo dice de forma despectiva, no me gusta que la llame de esa forma.

El favor más dulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora