CAPITULO TRES

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- ¡Genial! Ya te haz vestido. - dijo el azabache entrando a la habitación. - Te ves bien.

- Hmm. - dije observándome, llevaba una pijama celeste, típico pantalón grande al igual que su camisa. - Si, bueno, es que a mí todo me queda genial. - alardee.

- Excepto el negro. - respondió tomando su pijama. Yo solo me limité a cruzarme de brazos. - Ya vuelvo. - entro al baño.

Me senté en la cama algo pensativo, no podía creer mi comportamiento de hoy, esto si que es nuevo de mi, y lo digo yo mismo.

Shadow salió de el baño con una pijama igual a la mía, la única diferencia era el color, era negra con los bordes rojos.

- ¿Enserio? - pregunté sin creerlo.

- ¿Que? - dijo viéndose.

- Tu pijama es negra. ¿Enserio? - Shadow negó divertido.

- Eres un.. - calló. - Pensé que era otra cosa.

- Ajá.. pues... - fui interrumpido.

- Ey, chicos. Ya llegaron todos. Bajen. - dijo recostada en el marco de la puerta.

- Genial, ya vamos... - Shadow vio lo que la albina cargaba puesto. - ¿Que llevas puesto? - se cruzó de brazos.

- ¿Ah? Mi pijama. - respondió.

- Si claro. Rouge yo trabajo seis días a la semana para que no te falte nada y aún así usas esos pedazos de trapo. - se refirió a su pijama que consistía en una camisa de tirantes y un shorts.

- ¿Y yo soy el pobre? - comente sarcástico. Los dos chicos me vieron con el ceño fruncido.

- Es una pijama. - se excusó molesta.

- No me importa como lo llames ve a tu cuarto y ponte un suéter y no te lo quites nunca. - le dijo seriamente. La albina rendida y algo molesta se fue de ahí. - ¡Y también ponte unos pantalones! - le gritó.

Hubo un momento de silencio en la habitación hasta que yo decidí interrumpir lo.

- ¿Trabajas seis días a la semana? - pregunto acercándome a el.

- Si. - respondió. - Hay que bajar. ¿Me ayudas a preparar los bocadillos? - yo asentí de acuerdo.

- ¿Ganas tanto solo en esa cafetería? - pregunto de nuevo.

- No. Trabajo ahí solo tres días a la semana. Después voy a un restaurante donde trabajo de Cheff. Ahí si pagan muy bien. - respondió mientras bajamos las escaleras.

- Espera... ¿Pues que edad tienes? - pregunte sorprendido pasando por la sala donde estaban los chicos viendo el celular de Knuckles.

- Diecinueve. - respondió entrando a la cocina. Pare en seco analizando todo, después de salir de mi pequeño shock entre a la cocina.

- ¿Pero que paso con tu estudio? - pregunté muy sorprendido.

- Si estudie, pero no llegue a entrar a la universidad, ya que somos huérfanos tenía que hacerme cargo de Rouge. Yo no podía estudiar y trabajar al mismo tiempo, así que estudie, si, pero me faltó la universidad... - quedé quieto un momento.

- ¿Son huérfanos..? - pregunté casi en un susurro.

- Haces muchas preguntas. ¿No crees? - baje la mirada y Shadow coloco un paquete de palomitas en el microondas.

Estaba muy confundido... ¿Como es que este chico después de todo lo que le sucedió lleva esa actitud? Si yo, solo con lo que me sucede era miserable tanto físicamente como mentalmente, no imaginó como actuaría si estaría en los zapatos del azabache.

Una segunda oportunidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora