We met a few weeks ago
Now you try on callin' me, baby,
like tryin' on clothes
Park Jimin sabia que llevar la corona era una gran responsabilidad.
Y una gran carga...
Una que siempre le hacía mantener la cabeza baja y la quijada apretada.
Salute to...
Your eyes whispered, "Have we met?" 'Cross the room your silhouette Starts to make its way to me The playful conversation starts Counter all your quick remarks Like passing notes in secrecy
And it was enchanting to meet you All I can say is, I was enchanted to meet you
-Taylor Swift, Enchanted
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Jimin cerraba los ojos mientras una brocha llena de sombra pasa por sus ojos, dando pequeños toques sobre sus párpados. Buscando resaltar su mirada.
"Bien su majestad" su mucama cambio de brocha dio un par de pinceladas sobre sus labios, dejando un color rojizo sobre estos. "Creo que hemos terminado"
La joven se apartó, dejando que se encontrara con su reflejo en el espejo.
Era un gran trabajo, de los mejores que había tenido.
Sus ojos se mostraban más abierto de los normal, con gemas decorando sus lagrimales y más pequeños brillos sobre sus párpados. Sus labios se veía más pomposos de lo que ya eran. Además de que todo el atuendo acentuaba todo perfectamente.
El traje blanco, el medallón sobre su pecho, las pequeñas flores en su solapa y la corona sobre su cabeza, sosteniendo el delicado encaje que conformaba su velo nupcial.
"Toda una bella su majestad" Yuna apretó sus hombros con una sonrisa "Se verá preciosos en la ceremonia"
"Si... Si, muchas gracias" se forzó a sonreír
"El joven será el ser más afortunado del reino"
Jimin no contesto, solo mirando a sus manos, la mujer saliendo de la habitación, para unirse al resto de la servidumbre en la preparación de la ceremonia.
Todos estaban apurados.
Después de todo, no había segundo que perder.
Después de que el primer ministro, el parlamento y sus padres escogieran al misterioso joven que sería apto para reinar a su lado.
Había sido una búsqueda exhaustiva de meses, montones de viajes que parlamentarios, ministros y casi cualquier alto rango, había tomado para encontrar al candidato perfecto.
Y apenas lo encontraron, fue cuestión de día para que tuviera un traje de bodas a medida, millones de flores decorando el palacio, un pastel de 13 pisos y su futuro esposo llegando la mañana de la ceremonia.
