Capítulo 21

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Renunciar

Mis labios y los suyos volvieron a encontrarse, esta vez para no ser interrumpidos por nada

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Mis labios y los suyos volvieron a encontrarse, esta vez para no ser interrumpidos por nada.

Sin protestar me tomó de la cintura intensificando el beso, yo enrollé mis brazos en su cuello y metí levemente la lengua en el juego, rió levemente mientras seguía besándolo y me separé unos centímetros para verlo.

-De que te ríes idiota?- pregunté y rió aún más.

-No que muy bravita?- dijo apretando mis glúteos con fuerza sacando un quejido de mi parte.

-Es el alcohol el que habla- advertí acercándome de nuevo a su boca donde me aceptó gustoso.

Subió sus manos hasta mi abdomen, metiéndose dentro del vestido, sentí el frío de sus manos de inmediato, y me encantó, me acercó con fuerza a su cuerpo y sentí lo duro que se encontraba, necesitaba más de él.

-Vamos a tu habitación- susurré entre besos.

-Tus gustos son ordenes linda- me robo un último beso y puso en marcha de nuevo el ascensor, nos arreglamos con rapidez, y esperamos impacientes a que las puertas se abrieran.

Cuando al fin salimos de allí nos llevamos con otra sorpresa, yo no era la única que ansiaba entrar a su habitación, una molesta Alexandra se encontraba frente a su puerta tocando insistentemente.

Solté rápidamente la mano de Charles y me miró con cierta culpa, todo sucedía de nuevo. Cuando ella nos notó camino hasta su novio y se le plantó en frente sin mirarme siquiera.

-Donde estabas Charles?- preguntó con su típica voz que no lograba soportar.

-En la fiesta de los equipos, te lo había dicho- dijo nervioso.

-Dijiste que no irías- lo miró molesta y por unos segundos se giró a verme.

-Al final Lando me convenció- dijo él

Yo simplemente miraba como se volvía otra persona cuando estaba frente a ella, como se olvidaba de todo lo que hace unos segundos ocurrió.

-Claro, vamos adentro, te he extrañado tanto- sonrió y volvió a mirarme, la malnacida lo sabía.

-Si, vamos- respondió él y por primera desde que bajamos me miró a los ojos alejándose de mi lado.

-Buenas noches Ayla- dijo ella dándome la espalda y entrando a la habitación.

Yo cerré los ojos con fuerzas y tomé camino a la mía, no quise mirar atrás, pero en el fondo creía que quizá Charles me estaría esperando.

Entre a la habitación rogando que Layla hubiera llegado pero no, así que solo me quite el incómodo vestido que pensé llevar esa noche, estaba tan agotada, mental y físicamente.

El alcohol había bajado, por lo que veía todo claro de nuevo, podía ver claramente mi miseria, enamorarme de un hombre ajeno.

Cerré los ojos por unos segundos que se volvieron horas, y llego el día de la carrera, al fin volvería a mi hogar mañana, no tendría que ver su rostro de nuevo al menos por unos días, como fue posible que pensé en acostarme con él.

Fingiendo no amarte • Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora