an unlimited drug (Una Droga Sin Limite) +18

CAPITULO CUATRO: El poder de una silueta

Apartir del capítulo tres la historia será narrada  por narrador omnisciente a sí como un narrador protagonista.

Los días pasaron y Ara estaba un poco nerviosa por iniciar sus clases, los chicos casi no pasaban en el departamento lo cual ella a veces  comia la mayoría del tiempo sola. Tenía que ir atraer su uniforme y arreglarlo ya que se limito a no ir como los de su escuela querían, aunque pasó dos años internada ella un seguía su estilo de "moda" como ella le decía.

—Traje tu uniforme pulga. —Un namjoon sonriente entró a su habitación dejando el uniforme de su pequeña hermanita en la cama.

La chica se encontraba en el balcón viendo hacia la nada, con la mirada puesta en una montaña bueno eso es lo que ella lograba visualizar.

El hermano mayor llegó y le tocó el hombro, logrando que ella  se sobre saltara  ya que no se dio cuenta que el había llegado estaba tan distraída que no lo puso atención.

—¡Nam me asustaste!. —Exclamo algo exaltada la rubia.

—Dije que traje tu uniforme, deberías probartelo así veremos si no le hacemos un cambio. —Dijo el pelinegro

—Esta bien, me daré un baño y luego me lo probaré.

Como ella había dicho, decidió darse un baño un poco tardado, ella siempre se bañaba desnuda ya que le daba mucha facilidad al lavar cada parte de su cuerpo...

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Por el otro lado un pelinegro con tatuajes y pircing estaba entrando a su hogar, tuvo un día cansado y no soportaba el calor de su cuerpo, fue a su nueva habitación ya que discutió con la hermana de su amigo y al final ella terminó quedandoce con su antigua habitación.

En el fondo ella no le agrada tanto ya que dice que llego a invadir su espacio, pero que más podría hacer era la hermana de uno de sus mejores amigos.

El chico llegó a su habitación quedando en ropa interior puso una toalla alrededor de su cintura y se dirigió al baño, pero este no contaba con encontrase en pelotas a la hermanita menor de su amigo. Y aunque no podia verla completamente en piel, el reflejo de la puerta del baño  se encargaba de ver la silueta de la rubia, el chico se mordió el labio al ver que tenia una muy pequeña cintura y sus senos tenían un tamaño perfecto, unas piernas un tanto largas y delgadas.

Parpadeo un par de veces y salió de ese baño para dirigirse a su habitación. —¡mierda!. —Dijo para el mismo y es que no le desagrado ver a la chica pero de pensar en las cosas que le podía hacer era algo perverso, ya que se había metido la idea en la cabeza de que ella podría ser su hermana, una chica de 18 años que nunca supo de su existencia.

El último año que fue a visitar a namjoon a su casa, no escucho hablar de ninguna chica llegó a pensar que namjoon era hijo único. El pelinegeo se quedó recargado en el marco de la puerta de su habitación

—Oye bobo.. que haces semi desnudo afuera. —La chica ya había terminado su baño y el pelinegro solo se limitaba a verle los pies, ya que la imagen de la rubia estaba en su cabeza.

—A la próxima no tardes mucho en bañarte. —Jungkook paso al lado de ella sin darle ninguna respuesta a su pregunta.

Había algo que lo incomodaba y es que tenia un gran problema bajo la toalla que cubría su hombría.