Capítulo 9: Nuevo camino

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-¡Maldita sea!- Repiqueteo otra voz en las paredes inundadas por la oscuridad.

-Te lo advertí, siempre te lo dije- Bajo su tono- Haber incitado a la prole contraria nunca fue una buena idea-

(Una serie de imágenes recorrieron por la mente de Luz y Noah).

Había en la distancia, una tenue abertura por la cual se podía notar la resplandeciente luz. Aunque se encontraba a una distancia considerable, ambos cuerpos comenzaron a correr como si se encontraran en un frenesí ya que cada paso que daban parecía como si estuvieran retrocediendo dos más. Las paredes parecían moverse, se amoldaban a aquello que estaba a punto de suceder, parecía que sentían como las presencias del portal cobraban vida o peor aún, su metamorfosis estaba comenzando.

La violencia de los demonios era brutal, luchaban entre sí para ver quien se posicionaba para lograr escapar de su propio infierno. Mantos negros se rebelaban haciendo una maraña de esqueletos y deformidades.

Ella se detuvo, de pronto giró, en dirección al portal.

-¡No!- Le grito desesperadamente su compañero al notar su ausencia.

-Es muy tarde para echarse atrás- Sonrió con aquella mueca que definía sus pensamientos, en ese instante, él supo de lo que era realmente capaz.

Corrió hacia su compañera para convencerla de que su acción iba a terminar con ella pero ninguna razón fue lo suficientemente fuerte para realizar un cambio en sus pensamientos. Ambos se miraron por un segundo mientras variaban sus muecas, hasta que realmente se fijaron en el portal. Quizás este estaba a una distancia considerable pero aquel obstáculo no era lo suficientemente grande como para impedir que ellos siguieran su camino, tomaron sus manos, se fijaron el uno en el otro por varios segundos hasta que sintieron que era suficiente, entonces comenzaron a correr pero esta vez en la dirección contraria a la anterior. Derecho, sin desvíos, hacia el horrible hueco en la piedra que determinaba su destino de una forma cruel pero inevitable.

La daga relucía entre tanta oscuridad. De pronto, ella se posiciono en frente de su compañero, coloco aquella belleza mortal que tenía en sus manos suavemente en su antebrazo izquierdo. Levanto su mirada.

-Hasta la muerte y aún más allá de ella-

-Siempre- Contesto él con un tono melancólico mientras le acariciaba la mejilla.

Ella comenzó a hundir en su piel el arma mortífera, antes de que la sustancia roja conocida anunciara su salida, se le adelanto el dulce sufrimiento, pues comenzó a surtir efecto. Una sustancia incolora se deslizo por su brazo, para que luego fuera seguida de la sangre, el veneno estaba surtiendo el efecto deseado pero desafortunadamente no concluyo su plan hasta que quito del cuerpo la última gota de desolación. El cuerpo callo inerte, haciendo retumbar el lastimero sonido de huesos rompiéndose al estrellarse contra las piedras que cubrían aquel cavernoso suelo.

Él se acercó lentamente, incrédulo aún de la situación, que genero la pérdida de un alma de tal magnitud. El portal, volvió a cerrarse.

Pero esa no fue la última vez que se abrió.

Fin del Flashback

Sus respiraciones estaban agitadas, ninguno de los dos podía controlar los impulsos que habían tomado posesión de sus cuerpos por los últimos minutos. Ninguno parecía dispuesto a hablar pero tampoco apartaron el contacto físico que aún mantenían, ya que era lo único que podía hacerles sentir que habían vuelto a su mundo porque después de todo fue su última conexión con el tiempo al que correspondían.

Luz dirigió su mirada hacia Noah, él estaba congelado pero podía reaccionar ante este hecho. Estuvieron conectados por sus ojos durante tantos minutos que no supieron cuánto había pasado en el momento en el que se soltaron para emitir palabras.

-Luz... eh, yo...- Titubeo.

-No digas nada, no hace falta que hablemos de esto- Un silencio incomodo se instaló entre ellos durante unos segundos- Prométeme que vas a guardar el secreto, para siempre- Dijo ella demandante.

-Jamás voy a hablar- Su semblante se volvió serio- Pero primero, quiero que me asegures algo-

-Nada de favores Noah- Su reacción demostró la repulsión que le generaba aquella palabra, nada es tan sencillo.

-Tenemos que averiguar que está pasando realmente-

Punto de vista Luz

Apena había podido calmar mi respiración cuando me quede paralizada en sus ojos nuevamente, había algo en el que me impedía apartar la vista. Diablos pensé, trate de introducirme en el flujo de los pensamientos, para volver a fracasar. Necesitaba control y urgente pero mi frustración no me dejaba avanzar siquiera unos centímetros hasta que de pronto su mente rozo la mía, aunque solo duro unos segundos fue lo necesario para poder entrever algunos retazos que después iba a unir cuando estuviera sola. Abandone mi posición estática para levantarme.

-Está bien-

Bajo aquella promesa se escondían muchas cosas, pero él obviamente no sospechaba de mi, por lo tanto, mucho menos de mis palabras. Esto es doloroso, mi corazón no suele padecer algún dolor, ahora él causa efectos en mi mientras trato de manipular la situación. Que humillante.

-Júralo- Me dijo firmemente.

-¿No te alcanza con mi palabra?- Necesito salirme con la mía, le dirigí una de mis miradas favoritas, subordinación y pena. Algo mortal a veces.

-Está bien así- Dijo, pero no parecía conforme.

Me gire para dirigirme hacia el sillón, donde me esperaban mis cosas y partí hacia la puerta.

-Nos vemos mañana, te paso a buscar-

Cerré la puerta detrás de mí. Ni bien llegue a mi bebe, lo hice arrancar aunque le costó un poco al principio pude lograrlo después de varios intentos. Bien, hacia la casa de la zorra suprema, pensé.

En el camino proyecte tantas cosas en mi cerebro, que me harte hasta que me detuve en la entrada, debía tener más cuidado de ahora en adelante porque entrometerme en la mente de alguien no siempre resulta fácil pero con respecto a Noah, fue mucho peor de lo normal. Ahora lo sabía, y no sé qué es peor, conocer aquello que quizás hubiera sido mejor que se mantuviera en las tinieblas pero es inevitable que mi intriga llegue más allá de los limites. Que puedo decir, soy curiosa.

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