Capítulo 17 : Armas inesperadas.

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La vi cubrir el cuadro con una sabana blanca, y correr a la otra habitacion, la curiosidad por ver el cuadro me picaba, pero algo me hizo detenerme un grito seguido de una risa, Eduardo llegó, y no lo sentí ! cómo no note su aroma? debía ponerme mas alerta a cualquier movimiento, de eso dependia mi triunfo.

Verlo me provocaba un raro dolor en todo el cuerpo, era como revivir la pelea, le cobraria cada herida, pero este no era el momento.Espere pacientemente.Todo parecia tan irreal, como un deja vu interminable, ahí estaba yo espiando de nuevo al hombre que me quito la vida. Alguien mas en el mundo podría decir lo mismo?

Después de un rato los vi salir, ella lucía muy elegante, con un minivestido gris de manga larga, no parecía la misma persona que acababa de ver poco antes, la locura habia desaparecido por completo de su rostro, ahora solo habia brillo, el brillo que solo puede dar el amor. Quise seguirlos, pero mi instinto me dijo que era mas importante ver los cuadros, además si estaba con su novia era obvio que no iría  tras Yesenia esa noche.

Entre en el apartamento, tire de la sabana que cubría el cuadro, lo que vi me lleno de terror. La imagen de un bebe llorando, rodeado de fuego, el fuego parecia salir de los dedos de una mujer horrible, una bruja que sonreía de forma demencial, casi diabolica. Por un momento imaginé a Eduardo secuestrando a un inocente bebe, esa idea me produjo náuseas. Eso no sucedería, jamás, me encargaría de que no volviera  a  lastimar  a  nadie.

Podía ver claro como aquellos cuadros habian alimentado la retorcida mente de Eduardo, pero eso no era suficiente evidencia, no quería volver a San Marcos, pero no había alternativa, regresaría a ese lugar, aunque sabía que eso podía costarme la vida, pero primero necesitaba tener un plan para mantener a salvo a Yesenia, mantenerla lejos de Eduardo, regresaría a casa de Doña Bertha y defenderla con todo mi ser.

Regresé a casa de Yesenia, no sabia que hacer para protegerla, cada vez sentia mas proximo mi fracaso. Entré en total silencio, fui hasta su habitación y me acurruque en sus pies amorosamente. Al  despertar  y  no ver a Yesenia me asuste, salte a buscarla, la encontré saliendo de la regadera, me sonrió cariñosamente, aunque note que su sonrisa se desvaneció al verme caminar, porque noto mi cojera, me dedicó unos minutos para llenarme de caricias.

La seguí hasta el comedor, Doña Bertha había cocinado huevos con tocino, el aroma era deoicioso, claro nadie le ofrece esa clase de comida al gato.

- Creí que nos habíamos librado de esa plaga. 

- Ay Bertha no sea mala, mirela parece que la atropellaron o algo. 

- Cuando tengas tiempo libre llevala a algún refugio.

Tenia que resolver todo rápido, si me llevaban a un refugio me seria imposible detener a Eduardo. Las escuche hablar sobre trivialidades, nada que interesante, hasta que Doña Bertha mencionó un nombre: Arturo.

- Cuándo verás de nuevo a Arturo? Ya completaste el enganché?  

- Ya casi, solo dos mil mas y me olvidaré del transporte publico. 

- Te saldría más barato si te enrollaras con él.  

- No soy su tipo. Lo llamaré el fin de semana, dijo que traería un Jetta blanco seminuevo.

No lo verás ni este ni ningún otro fin, pensé, salte a la mesa y cogí su móvil, corri con el hasta el cuarto de baño, lo eche al retrete y jale la palanca.Me tarde mas en hacerlo que en pagar las consecuencias, Yesenia me levantó y me golpeó con furia, es increible como alguien puede pasar de la dulzura a la violencia en cuestión de segundos, mi cuerpo resintió los antiguos golpes, sin quererlo solte un alarido, demasiado humano, eso hizo que me soltara.

- Eso fue raro, como si supiera cómo funcionan ambas cosas.  

- Si fue muy raro, tendré que comprar otro, lo bueno es que tengo todos mis contactos apuntados en la agenda. 

- Eso admiro de ti, jamás pude ser tan organizada.  

- Mejor me voy antes que Alfil robe mi billetera.

Me mantuve alejada, aunque el momento de ira habia pasado, el dolor seguia palpitando, aunque quería seguirla, mi cuerpo me lo impidió. Me quede acompañado a Doña Bertha, que no dejo de analizarme, me hablaba soltando alguna tontería de vez en cuando, fingi ser un gato común el resto de la mañana, mientras ideaba un plan que me permitiría salvar a Yesenia sin ponerme en riesgo.

Tenia que encontrar la dichosa agenda  y  borrar  el  nombre  de  Arturo, ahora  sabía  más  sobre  su  plan, se  hacía  pasar  por  vencedor  de  autos  usados, casi  pude  ver  su  plan, le  muestra  el auto  y  ella  sube  por  voluntad  propia, con  su  encanto  la  hace  conducir  mucho  hacia  San Marcos... no  esta  vez  querido  Eduardo.

Pase  horas  buscando  la  agenda, registre  cada  rincón  de  su  habitación  sin  exito, eso  solo  dejaba  una  posibilidad, su  bolso, lo  haría  durante  la  noche, aunque  sabía  que  eso  no  detendría  por  mucho  a  Eduardo, el  era  muy  ingenioso  y  seguro  tendía  otra  forma  de  acercarse. Solo  me  quedaba  una  idea, la  que  había  estado  evitando...Axel!!!

Como  hacer  para  acercarlos, mire  alrededor  y  la  respuesta  me  llego  del  cesto  de  ropa  recien  lavada, solte  una  carcajada  felina, podía  imaginarme  la  cara  de  Axel  rojo  como  tomate, tome  el  brasiere  más  llamativo  que  vi, morado  con  corazones  verde  limón, mire  por  la  ventana, no  tengo  idea  de  cuanto estuve  ahí  estatica, hasta  que  vi  regresar  a  Axel  guapisimo  como  siempre, sin  pensarlo  salte  sobre  el, con  el  bra  en  el  hocico.

Su  expreción  fue  fabulosa, primero  palideció  al  sentirme  caerle  encima, luego  se  puso  colorado jajaja, luego  vino  el  cambio de  expresión  en  su  rostro, el  que  esperaba  y  temía, y  es  que  por  su  sonrisa  supe  que  estaba  pensando  en  la  dueña  de  aquella  prenda...y  como  se  le  veria  puesta.

Coociendo  a  Axel  como  lo  conocía, supe  que  iría  a  entregar  el  bra  a  su  legitima  dueña, es sorprendete  como  siendo  Alfil  era  mejor  improvisando  de  lo  que  jamás  fui  como  Alicia.

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