Nuestras gardenias | Enzo x Julian

2. Sus amarilis amarillas.

Amarilis amarilla: en ocasiones se utiliza para indicar algo que vale la pena más allá de su belleza. 

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Ya se había hecho tarde, eran las 10 de la noche y Julián empezaba a llevar las flores adentro de la tienda, preparándose para cerrar todo hasta el martes. En un día normal cerraría a las 8 como máximo, pero había abierto tarde y decidió quedarse un par de horas más porque aunque fuera su negocio, trataba de hacer valer sus horas como si tuviera un jefe.

Había sido un día bastante lento en tanto a ventas y mientras ordenaba recordaba a las 4 personas que habían visitado la florería ese día.

Su primer cliente ese sábado fue un chico poco más joven que él, como de unos 17 o 18 años, quien había comprado un pequeño ramo de jazmines que dijo serían un regalo perfecto para su novia, antes de irse, Julián le deseó suerte y prosperidad en su relación.

Su segundo cliente fue un hombre ampliamente mayor que él, de aproximadamente unos 55 años según suponía él, que había hecho un pedido días atrás y pasaba a buscarlo esa tarde, su pedido era un ramo extra grande de rosas mixtas, era un diseño personalizado y una verdadera maravilla a la vista. El diseño que había armado Julián era simple ante la vista pero bastante intrincado en realidad, juntaba varias rosas blancas, rojas y rositas cuyos tallos estaban envueltos en un elegante papel rosa metálico, como había pedido el cliente.

Julián recordaba como, mientras preparaba el ramo, se trataba de imaginar la historia de aquel hombre, cuál sería la razón para tal ornamento. Al entregarle el ramo le preguntó a aquel señor, con intención de aclarar sus dudas, para qué o quién era, a lo que respondió complaciente y le explicó que era el vigésimo aniversario de su casamiento por lo que quería sorprender a su esposa. Como era costumbre del cordobés, saludó al hombre con una cálida sonrisa y deseándole la mejor suerte con su matrimonio.

Ese tipo de historias siempre lo dejaban pensativo, y preguntándose si algún día él llegaría a tener un amor como aquellos, duradero y que no se marchite con el tiempo.

Para sorpresa del florista, el tercer cliente del día era una chica, de por sí ya era algo inusual, quien venía en busca de algo poco común en comparación a los típicos ramos. Esta chica venía en busca de orquídeas amarillas. Si bien las orquídeas son flores bastante conocidas, no son las típicas que alguien pide para un ramo, mucho menos orquídeas amarillas.

A Julián le encantaban esos pedidos atípicos y sin pensarlo aceptó. El ramo que pidió la joven era de un tamaño reducido por lo cual lo iba a pasar a buscar tan solo media hora después. El diseño y el ramo en sí eran simples, un par de orquídeas amarillas envueltas en papel metalizado plateado, pero aún así, para él era hermoso en su propia forma.