Capítulo 1: Voy a por vosotros

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Se negaba. Simplemente se negaba.

No iba a ir a ninguna parte. No solo lo decía ella, lo decían sus piernas, que no la sostenían, su garganta, que tenía hecha un nudo, y su corazón, que estaba encogido en algún lugar desconocido del pecho. O al menos eso esperaba, porque, ahí donde se suponía que ella debía sentir un palpitar intenso y nervioso por la Navidad, solo había un agujero oscuro y profundo.

Alguien llamó a la puerta de su habitación. Nadia no contestó. ¿Para qué hacerlo, si todos conocían ya la respuesta? Y si no la sabían, la puerta cutremente atrancada les haría entender.─ Pst, ¡Nadia! ─ llamó la voz de su hermano mayor. Un ligero pero intenso palpitar fue lo único que demostró su emoción. Nadia todavía tenía corazón, entonces. No había muerto junto con su vivacidad cuando ocurrió el incidente. Aunque, por otro lado, Nadia quería que lo hiciera, lo deseaba con todas sus fuerzas. Sabía que ese era el único modo de dejar de sufrir –. Hola – dijo mientras entraba, abriendo la puerta a la fuerza –. Papá y mamá me mandan a ver cómo estás... Aunque ya les he dicho que no hacía falta para saber– tras dejar un vaso y un dulce en su mesilla, le acarició la cabeza –. Te traigo merienda, no sabía si ibas a querer cenar.Nadia no quería, pero sabía que no comer iba a ser peor para ella. No por hambre, sino por lo que harían los padres de ambos cuando supieran. Su hermano, comprensivo en su silencio, simplemente continuó al lado de la chica mientras engullía todo con mala cara, como si fuera a vomitar todo en cuanto acabara. Cuando terminó, dijo:

– Han salido fuera – Nadia no entendió –. Papá ha salido a comprar algo y mamá, a buscar a los abuelos – deslizó una pequeña llavecita sobre su cama –. No volverán en media hora, puede que incluso una entera: lo suficiente para salir a escondidas por la puerta, aprovechando un posible despiste mío ─ dijo en tono inocente. Nadia comenzó a comprender. ¿Le ayudaría? ¿Verdaderamente él, de entre todas las personas... verdaderamente su hermano, el perfecto, el que nunca desobedecería a sus padres, la ayudaría a volver a ver al grupo? ─ Porque sería una pena, la verdad, que alguien cogiera la llave de la casa y saliera a, no sé, una celebración en la que es posible que haya muchísima gente, como quizá las "malas influencias" de tus antiguos y "horribles" amigos.

Nadia no sabía qué decir. Se quedó quieta, casi inexpresiva. Solo habrías adivinado su sorpresa por la boca tan apenas abierta en muda exclamación. Su hermano le estampó un beso en la frente con cariño, susurró un sentido "suerte" y se fue.Pero su parálisis no duraría mucho. Abrigo, llave y fuerza, mucha fuerza, era todo lo que necesitaba. Cuando salió por la puerta en su huida, tan solo pensó en su familia. Pero no aquella que la esperaba en la sala de estar, sino en aquella que tanto le había costado formar y a la que iba a buscar. "Esperadme", pensó.

"Voy a por vosotros".

***


Nota del autor:

Querido lector,

Si has leído esto, te lo agradezco muchísimo. Estoy iniciándome en el mundo de la escritura, no solo la lectura, y reconozco que no soy demasiado bueno, pero es para mí un privilegio que hayas decidido pasarte por mi historia.Sé que en este primer capítulo no entenderás mucho, pero pronto se desvelará todo ;) Como ya he mencionado, me estoy iniciando, así que puede que no me haya quedado muy bien, por eso aviso, no creas que la cosa queda así.Acepto críticas. De hecho, si crees que hay algo que puedo mejorar (que es mucho), ¡te invito a que me lo digas!Actualizaré esta historia cada día, lo prometo, así que ¡atentos si os ha gustado! Y si no, te pediría que le dieras otra oportunidad, pero eres libre de hacer lo que quieras.Lo dicho, muchísimas gracias por estar aquí.

¡Un abrazo a todos!

Artemis

Navidad en "familia"Where stories live. Discover now