CAPÍTULO DOS

1 0 0
                                    


La entrevista había sido larga por lo que terminé cansada, llegando a casa, me apresuré a subir a mi habitación y darme un baño, uno muy relajante, ni siquiera había empezado mi trabajo y ya estaba estresada, la jefa se veía muy exigente, pero no importaba, yo también pondría de mi parte para ser una buena empleada, me inundé la cabeza de pensamientos hasta que volví a la realidad y sentí como el agua se movía levemente sobre mi cuerpo, como estaba totalmente mojada debido a esta, me concentré en ese sentimiento, decidí que habían otros métodos para relajarme, ese sería uno de ellos, además dicen que te ayuda a conciliar el sueño ¿no? Yo necesito uno muy profundo ahora mismo. Para mi buena suerte tenía un buen y gran consolador no muy lejos, estaba algo escondido, pero yo sabía perfectamente su escondite, es importante que no lo descubran.

Saliendo del baño, en el que había demorado un largo tiempo, me puse una bata, me había recuperado de tal estrés.

Estuve secándome el cabello con una toalla blanca cuando me llegó una notificación, corrí a verla pensando que era algo sobre mi nuevo empleo, estaba equivocada, era una de mis redes sociales, me habrían mandado una solicitud de amistad, no le di mucha importancia ni interés así que acepté sin interés y apagué mi teléfono rápidamente, decidí continuar con lo mío.

Tres horas más tarde aquella persona que me había mandado la última solicitud de amistad me envió un saludo por mensaje, no tenía nada que hacer así que empezamos una conversación por chat, nada fuera de lo normal, nos estábamos conociendo mutuamente, preguntándonos nuestros gustos nos demoramos un par de horas, era el primer día y ya me caía bien, nuestras conversaciones eran largas, era un buen amigo.

Eran demasiados los mensajes que nos escribíamos a diario, tanto que llegaba a altas horas de la noche conversando con él. Tenía mi edad, compartíamos la mayoría de gustos musicales, y lo más importante, se llama Jay, se llamó mucho la atención, pero sabía perfectamente que esos no eran mis gustos, tengo gustos un tanto femeninos, ya sabes... ese tipo de gustos femeninos.

En clase le comenté a mi mejor amigo Tam sobre mi nuevo trabajo, él me dijo que también había presentado su solicitud en ese mismo lugar, pero aún no recibía respuesta, como siempre con su cara de aburrimiento y sueño, no era para nada como yo, polos opuestos.

Llegué a casa, tan pronto como abrí la puerta me llegó un mensaje, entusiasmada pensé que era Jay, pero era Tam.

—Mazu, linda, me aceptaron en la cafetería.

—¿eso quiere decir que trabajaremos juntos?

—al parecer sí.


Dejé de mirar un instante el teléfono para abrir la puerta de mi casa y adentrarme en ella, hasta que cuando lo hice me llega un mensaje, el que esperé todo el día. Claro, estaba contenta de poder trabajar con mi mejor amigo, chismear en nuestras horas laborales, y entre otras cosas, pero esperé por horas su mensaje, el mensaje de Jay, me había preguntado como se pronuncia mi nombre, divertida respondí "Meizu, aunque se escribe Mazu." y mirando al teléfono sonriente fui con dirección a mi habitación, sabía que la conversación sería larga, pero hoy no podía desvelarme, mañana empezaba mi trabajo y quería ser puntual al menos por ese día, lástima que no podré dormir hasta tarde los fines de semana, ya que son exactamente esos días, mis días laborales.

Pero veámoslo de las dos buenas formas, ya tenía dos motivos nuevos para sonreir.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Oct 27, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

EL DÍA QUE TE CONOCÍ - "Mente de plástico" LA OTRA VERSIÓNWhere stories live. Discover now