CAPÍTULO UNO

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Odiaba ese horrendo sonido de la alarma a las 6:00 am pero sabía muy bien que hoy todo cambiaría, y no me equivocaba en eso, tenía la razón.

El tiempo pasó volando, en un abrir y cerrar de ojos ya estaba en camino hacia aquella cafetería a las que incontables veces había visitado.

Estaba vestida con ropa corta para mi mala suerte, ya que las gotas de lluvia amenazaban con caer, y que haya muchos hombres con tan mínimo respeto tampoco ayudaba, así que tenía ya dos motivos por los que apresurarme a llegar, aunque era temprano y en la mañana cuando desperté y había un estupendo sol, pues este decidió ocultarse en un par de minutos, todo estaba nublado ya.

Un par de minutos bastaron para llegar por aquella calle, la que siempre odié, siempre odié pasar por ahí desde que llegué por primera vez, desde que era solo una niña. No entiendo por qué los policías no hacen nada, se supone que ellos son la autoridad, pero la misma autoridad es quien falta el respeto a jóvenes como yo.

Decidí solo ignorar a los vulgares comentarios sobre mi aspecto físico y como vestía, no, no eran halagos, eran comentarios que daban totalmente asco de escuchar, ya me he enfrentado a varios de ellos muchas veces como también los he denunciado, pero no hay ni un mínimo cambio.

Ya estaba por llegar a la salida de aquella calle y llegar a la esperada cafetería, hoy iba a presentar algunos papeles míos para trabajar ahí, llevo años recaudando dinero, y tener trabajo estable podía ayudarme a cumplir una de mis más grandes metas, poder independizarme, tener mi propio departamento, era lo que siempre había querido eso, y esta vez vi la oportunidad, así que no dudé en presentar mis papeles, tenía aquellos preciados documentos en las manos, documentos con los cuales cubría mis pechos de forma exagerada para evitar aún más comentarios.

Había salido ya de esa calle cuando noté a alguien detrás de mí, decidíno preocuparme y arruinar mis vibras, pero el sujeto detrás de mí sí que dabamala pinta así que decidí acelerar el paso para evitarlo, pero este también lohacía, fue cuando me preocupé, los truenos avisaban una fuerte lluvia y noquería que suceda antes de llegar, en una mal jugada el tipo me arrebato unoscuantos papeles, felizmente no eran muchos ni de gran importancia, de todasformas tenía la copia de estos, pero me dejó confundida su manera de actuar, delos cuantos papeles que tomó, tiro algunos al húmedo suelo empapado de lluvia yse llevó uno con dirección a aquella calle hasta que lo perdí de vista, lospapeles tirados ya no servían, estaban tan húmedos que con solo tocarlos sepodían romper, y yo podía ser la siguiente en terminar tan empapada como elpapel mismo, así que corrí con mis tacones, por suerte elegí los de plataforma,en pocos minutos llegué a tal cafetería, al fin, para mi suerte era muytemprano, así que pedí un latte mientras esperaba a que me llamen, no habíafila, solo unos cuantos problemas con la jefa, o al menos eso escuché durantemi tiempo de espera, fueron unos pocos minutos que aproveché para ordenarcorrectamente los papeles que también intentaron ser arrebatados, poco o nadatardaron en solucionarse esos problemas porque seguido de eso, me llamaron yfui rápidamente.

EL DÍA QUE TE CONOCÍ - "Mente de plástico" LA OTRA VERSIÓNWhere stories live. Discover now