🔸️☀️capitulo XXIX☀️🔸️

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Era una tranquila pero blanca noche en el hermosos país de Japón, ubicada en la prefectura de Nagoya, y haciendo foco en el bello templo de Atsuta que se encontraba custodiada hasta el momento de abrir al público

Uno de los guardias del templo resguardada la cámara más importante, una cámara que guardaba un tesoro realmente valioso para el país del sol naciente

Su rutina era siempre la misma, revisar loa alrededores del templo por la noche, revisar el interior y por último seccionarse y asegurarse que la posesión más valiosas estuviera allí, oculta de los ojos de aquellos turistas que visitaban el templo al igual que para los locales

En esos momentos estaba regresando a su posición inicial, mientras caminaba por la nieve revisaba por última vez sus alrededores. Como no encontró nada ingreso al templo sin percatarse de una persona parada en lo alto de los postes de luz

Por un momento sintió una presencia a su alrededor, más bien una mirada en su nuca. El hombre giro, pero no vio nada más que la madera del lugar

Camino un poco más y llego hasta su habitual puesto de vigilancia. Accionó los mecanismos de entrada. El guardia se cercioró que la reliquia estuviera en su cristal, al hacerlo salió de allí

Pasados una media hora el guardia nuevamente salió hacia afuera. Para su patrulla rutinaria

Pero el hombre sintió que algo no iba bien, algo le molestaba.

Así que siguiendo su instinto regreso tras sus pasos hasta llegar nuevamente a su puesto original

Miró hacia todos lados. Todo parecía normal y en su sitio, pero aún así el hombre estaba inquieto hasta el instante que su mente le susurró "la espada"

Con paso lento toco con su mano desnuda la pared del templo la cual siempre tenia que estar cerrada, pero esta ve no lo estaba

Al ingresar nuevamente a la cámara pudo ver que la espada no se encontraba por ningún lugar. El guardián desaparecía en virutas plateadas ante sus ojos

Con velocidad salió de allí cerrando toda la cámara

Tomo su comunicador y hablo:

-Debemos informar al emperador, debemos informar que la espada...-el guardia no pudo terminar su oración gracias a que una katana le corto la garganta de extremo a extremo. Su cuello expulsó chorros de sangre que mancharon las paredes antes de caer muerto con un golpe seco en la madera del templo

El hombre misterioso de un movimiento rápido y conciso en el aire limpio su arma de aquel líquido carmín, proveniente de su víctima que la empapaba

Con velocidad y sigilo escapo de allí con el tesoro en sus manos mientras la gran luna llena de invierno era testigo de lo ocurrido esa noche

El compañero de aquel asesinado apareció dentro de la antigua estructura, lo primero que noto fue el gran charco de espesa sangre que estaba alrededor del difunto que se esparcía aun mas en finos hilos hasta sus pies. El hombre pálido trago saliva, intentando mantener el contenido de su estómago dentro de el. Varias lágrimas brotaron de sus ojos. Con la mano temblorosa apretó el botón de su comunicador

-Tenemos una situación...tenemos un muerto en el templo, es Kiba, el esta muerto. Lo han matado-con eso dicho salió de allí con cuidado intentando no manchar la escena del crimen para cuando las autoridades llegarán

Esto no será nada bueno para el turismo

En otro parte, mejor dicho, en otro reino, una bella mujer de cabellos largos y negros se preparábamos para realizar su tarea de el día, elevar y brindar luz y calor a toda su nación. A su amado Japón

renacer en un mundo semidivino Where stories live. Discover now