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Capítulo 7

Incluso cuando ella lo señaló, Derrick simplemente sacó la lengua, se relajó y se humedeció los labios lánguidamente. 

Tal vez fue debido a la sensación de escozor que dejó debido a las mordeduras de sus dientes que Judith sintió que su lengua seguramente la estaba lamiendo a ella.

"¿Como estuvo?"

Una voz baja estimuló sus tímpanos. Por un momento, Judith no pudo entender su propia situación, sus mejillas se sonrojaron como si estuviera en llamas.

"Tu impresión de tu primer beso con tu esposo".

La pregunta que iba más allá de lo privado, junto con su sonrisa relajada, era tan peculiar que no podía apartar los ojos de él. Su corazón latía tan rápido que se sentía inusual.

A pesar de las valoraciones que circulaban en la sociedad sobre su marido, Judith nunca había pensado en él como guapo o atractivo. 

Fue porque sus pensamientos sobre su comportamiento incivilizado obstaculizaron su apariencia. Pero en ese momento, su belleza cautivó los sentidos de Judith.

No, en lugar de su 'apariencia', fueron esos ojos rojos los que se incrustaron en su mente y enervaron sus sentidos. 

Parecía estar completamente encantada con sus orbes rojos que eran más hermosos que cualquier joya.

Judith, que lo miraba fijamente, volvió rápidamente a sus sentidos por el sonido de pasos. Acostado en el suelo junto a la puerta de su oficina, quienquiera que la abriera sería testigo de una gran escena ante ellos.

Ningún sirviente se atrevería a abrir la puerta como quisiera o sin permiso, pero Judith, que había perdido el hilo de sus pensamientos después de lo que acababa de ocurrir, no estaba pensando tan lejos. 

Rápidamente apartó su hombro y se puso de pie, levantando la parte superior de su cuerpo.

"¿Cuáles son mis pensamientos al respecto?"

Solo cuando ella lo interrumpió con esa pregunta pudo refutar su discreta pregunta. Pero con el rostro sonrojado como una manzana madura, protestar era algo que no podía hacer. 

Y Derrick parecía ser muy consciente de ese hecho.

"¿Por qué, no fue bueno?"

La mente de Judith se quedó en blanco por la sorpresa cuando su gran mano se deslizó por el hueco del ancho de su falda.

"Tal vez, ciertamente fue bueno..."

Él, que llevaba una suave sonrisa en su rostro, comentó suavemente en un tono convincente. Sus dedos ocultos frotaron su pantorrilla, haciéndole cosquillas mientras la vista estaba bloqueada desde el interior de su falda.

fue extraño

Ya fuera besándose o lo que sea que estuviera haciendo ahora, todos los lugares que había tocado se habían vuelto, hasta cierto punto, sensibles.

  A pesar de querer alejarse de él, se había apoderado de ella la sensación de querer ser aprisionada por él para siempre, como si estuviera en un sueño extático del que no quisiera escapar.

Y con esos ojos, que parecían orbes rojo claro sin rastro de violeta, no podía tomar ninguna decisión racional; como si su mente hubiera sido atrapada y arrebatada por este gran hombre frente a ella.

"¿Deberíamos hacerlo una vez más?"

Sus labios ya se estaban acercando a alguien que estaba pidiendo permiso a otro.

Al recordar el estimulante movimiento de su lengua barriendo dentro de su boca, el pecho de Judith se tensó por completo. Este corazón palpitante suyo no podía llegar a la conclusión de que esto no era lo que esperaba.