#18. Mátate mundo, mátate

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—Soy sexy, lo sé —dijo Dallas.

—Te equivocas, aquí el latigable soy yo —dijo Matthew.

—Superación, ninguno de los dos es Gray... ¿entendido? —les dije.

—Pero yo podría ser el tuyo —me dijo Dallas, guiñando.

—Yo llegue antes, así que te buscas otra —dijo Matthew.

— ¿Otra? No soy una cosa par de imbéciles, estúpidos, aborto de canguro sin evolución —les dije molesta—muévanse.

—Pero no entra —dijo Dallas frustrado.

—Eh, despacio, me lastimas —me queje.

—Es demasiado angosta, no entro —digo Matthew.

—Apúrense, que me muero de calor —les dije impaciente.

Llevamos tres horas tratando de que nuestras manos salieran de una tubería... es que adentro de ella había una moneda... y yo tenía hambre, no me juzguen... y este par de inútiles dijeron que lo sacaban antes pero nos quedamos atracados.

—Ya —dijo Taylor agitada por lo que había corrido en busca de jabón líquido.

Lo puse entre nuestras manos y logramos sacarlas.

—Gracias —le dije a Tay.

—De nada —me dijo sonriente.

—Cameron, Matthew —los llame.

—Vez dice mi nombre primero porque me prefiere a mí —dijo Dallas.

—No es cierto, ¿no Dyland? —dijo Matthew.

Gire sobre mis talones y me fui con Taylor.

— ¿Y Leah? —le pregunte.

—El profesor la llamo y le dejo unos encargos, ya sabes... será la próxima presidenta del consejo estudiantil, yo sé que ganara las elecciones, soy síquica.

—No sé cómo mi hermano logro ser el presidente de este año.

—Sera porque todas las zorras votaron por él —dijo obvia a lo que yo reí.

—Ya solo quedan cuatro meses y se acaban las clases, y se irán —dijo sonriente.

—Cinco —la corregí.

—Enero no se cuenta, seria febrero, marzo, abril y mayo —dijo enumerando con sus dedos.

—En cinco meses, ya no estarán el estúpido de mi hermano, el idiota de Matt y ahora el tarado de Dallas.

Rio y negó con la cabeza.

—Extrañare al... ¿Cómo se le dice puta a un chico?

— ¿puto?

—A bueno, extrañare al puto de Derek —dijo Tay.

Reí.

—Bueno Dy, tengo práctica, ¿quieres ir a verme?  —me pregunto.

—Y ver a chicos sudar como cerdos, que asco, paso —le dije.

—Aja, como si eso te diera asco —me dijo una ceja levantada —hay vamos no puedo creer que no vayas solo por no ver al mariscal de campo —dijo sonriente.

—No me interesa, no iré.

—Algún día tendrás que regresar al campo a verme —dijo en burla —bueno se me hace tarde, si no me equivoco, Leah está en la biblioteca, cortando unos moldes de letra para un cartel, cuídate hablamos —dijo yéndose.

I'm not a boy, idiot!Where stories live. Discover now