Cadenas Del Destino

CAPITULO 12

====== *Lily*

Hoy el día ha transcurrido de las mil maravillas, a pesar que siento un presentimiento; es como si estuviera nerviosa o ansiosa por algo, en fin.

En la mañana Greis me preparó un omelette y café con leche de desayuno, además del almuerzo, ella siempre tan atenta. Llegué súper temprano al hospital, sin siquiera esperar el transporte, en la revista de la mañana todos me felicitaron porque me desenvolví muy bien y no fallé en ninguna de las preguntas que me hicieron. La guardia ha estado tranquila, sin novedad, me hace recordar aquella guardia en donde lo conocí...--

¡Ay no! no. Que no se repita aquello por favor, no.

—   ¡Doctora Monserrat!

—   Sí, doctor —  el doctor Rodríguez me está llamando, justo para sacarme de mis pensamientos.

—   Necesito hablar con Nathaly y con usted en mi oficina.

—   Ya la llamo doctor.

Entro en una habitación vacía para poder escuchar y hablar bien, el teléfono de Naty suena y suena, al cuarto repique contesta:

—  ¿Lily?

—  Naty, el ogro, digo el jefe Rodríguez quiere hablar con nosotras en la oficina.

—  ¿Para qué? ¿Cuando?

—  No sé para qué, pero es ya.

—   ¿Qué hiciste? ¿Iba molesto?

—  Yo no, no sé si tú hiciste algo. Y ¿cómo saber? si con esa cara uno nunca sabe.

—  Vale, vale. Ya voy.

Esperé a Naty en el pasillo para entrar juntas a la oficina.

—  Muy bien doctoras, me imagino que ya saben del congreso que se dará en Tegucigalpa por una reconocida empresa farmacéutica, la Sänflesch. ¿Están al tanto?

—  Sí.

—  Sí, es sobre la actualización del tratamiento de la malaria. — Responde Naty.

—  Exacto, y la directiva organizadora ha ofrecido cupos gratis para algunos hospitales y éste centro ha sido beneficiado...

—  ¿En serio? No puedo creerlo... — dice Naty mientras gira a verme.

—  Eso es muy bueno. — digo sin mostrar mucha emoción.

—  Sí, aunque, no son cupos para todos. Estos cupos son sólo para dos representantes especialista y cuatro residentes que quieran optar por una beca para un magíster en Suiza o Alemania.

Naty y yo nos vemos la cara. Creo que como somos residentes del mismo año nos lo quiere notificar juntas; sin duda uno de esos cupos tiene que ser para Naty, estoy segura, segurísima, que será así. Esa sensación de nervio ha ido aumentando, pero creo que es alegría por Naty más que miedo o nervios en sí. El doctor continua explicando:

—  La directiva del hospital ya eligió a los representantes, ahora falta saber si estos quieren ir o no... Doctora Nathaly ¿acepta usted la responsabilidad de ir a representarnos en ese congreso?

La cara de emoción de Naty no tiene comparación, está hasta temblando. Ella quería ir, es genial que la hayan escogido, pero ¡wow! hasta para concursar por un magíster... ¡Qué emoción! Me siento feliz por ella, se lo merece.

—  Claro que sí doctor, claro que acepto ir. Me esforzaré para dejar el nombre de éste hospital por todo lo alto. — No puede ocultar el nudo que tiene en la garganta, su voz es llorosa pero firme.

—  ¡Muy bien! Así es como debe ser. Ya usted se había postulado y a la directiva le pareció muy bien por su trayectoria e impecable labor.

—  Gracias doctor...

—  Junto a usted irán la doctora Martínez y el doctor Leyton como especialistas, además de los residentes Misael Borges y Lisa Morgan.

—  Ellos también son doctores muy aplicados y responsables... Pero pensé que usted iría.

—  No, hay que dejarle protagonismos a la generación de relevo, a los jóvenes, ustedes qué serán los que nos relevarán... Hasta los momentos ya el cupo de especialistas se agotó, y 3 de los 4 cupos para residentes.

Naty me mira con ojos esperanzados, y ese nervio en mí sigue creciendo, pero nada que ver, obviamente no es para mí, yo no me postulé, pero no entiendo estos nervios. Naty pregunta entonces:

—  Doctor, ¿para quién es el último cupo?

Por primera vez, veo al doctor tan tranquilo y con cara de "mil amigos", se ve hasta feliz. Comienza a hablar con tono de culpa.

—  Bueno, ese cupo está en discusión todavía, ya que los demás postulados no cumplen con los requisitos, además que sus calificaciones no son las más representativas, por lo que, como la dirección conoce la situación de cada médico de aquí, y también conocen la capacidad de cada uno, así como el empeño que le ponen a lo que hacen, la balanza se inclinó más hacia un lado que a otro. Claro, si ese residente no desea en lo absoluto participar, se le dará la oportunidad al otro... Y alguien en su momento me dijo algo que ahora cito: "las personas que no piden nada son las que merecen todo". Por eso hemos decidido brindarle la oportunidad... Doctora Lily, ¿le gustaría participar en el congreso y concursar por ese magíster?

No sé qué responder, en verdad no me esperaba esto, no me postulé ni nada. Estoy súper emocionada y sorprendida, no sé qué expresa mi cara, pero el doctor me queda viendo y sonríe, Naty tiene la boca abierta y los ojos como ventanales, espera mi respuesta para saltar sobre mí, tengo muchas dudas y alegría, y el nudo en mi pecho crece más... intento hablar para aclarar todas las dudas:

—  De... De aceptar, ¿como sería la movilidad? porque dinero para un viaje no tengo, tal vez lo pueda conseguir, pero el viaje sería como en cuatro días, no es tan sencillo.

—  Es cierto doctor, ¿cómo sería eso? ¿cómo será nuestro traslado?

—  Chicas, estos cupos lo está dando la organización y el hospital las escoge como representante. Ellos cubrirán la ida, 2 días de estancia y el retorno, nosotros los viáticos. Ahora si van a pasar más de dos días correrá por su cuenta... El congreso será el viernes por lo que entiendo ustedes llegarán al hospedaje el jueves en la noche, el concurso será posterior a la ponencia y los que resulten de allí, aplicarán también el sábado, no tengo de todo claro el itinerario de ese día, pero deberían volver el domingo a primera hora.

—  Está bien. Iré al congreso, representaré al hospital y obtendré ese cupo para el magíster... Muchas gracias doctor.

—  Mil gracias doctor.

—  Estudien doctoras, obtengan el mejor puntaje.