PIEDRA...PAPEL..TIJERA

SORPRESA...SORPRESA

Charasuke al ver que logro tomar perfectamente la foto antes de que Naruto y Sasuke entrarán a ese motel, lo dejo muy feliz. Sabía que esos dos harían lo que fuera para no ser descubiertos por sus padres, lo que sería un excelente chantaje para ordenar lo que a él se le antojara y estos no podrían negarse.

Menma en cambio estaba sentado en una banca que estaba al lado de ese motel, mientras se devoraba unos mangos con salsa picosa, polvo en chile y limón.

Algo que le alegraba es que sus antojos fueran por puras cosas picantes, nada fuera de lo normal. Ya que había leído que algunas embarazadas gustaban de probar huevos con mermelada o carne con miel. El solo pensar en eso ya le daban unas ganas de vomitar, en serio que asco. Pero la pregunta de su marido lo saco de sus pensamientos.

—¿No crees que ya es hora de que nuestras familias sepan que serán abuelos? —. Charasuke esperaba respuesta pero al ver que la boca de su esposo estaba llena de tiras de mango con chile, espero a que terminara mientras se sentaba a un lado de él y empezaba a comer también esa fruta enchilada.

— Escuchaste a tu mamá, dijo que aún no desea ser abuela — respondió sin dejar de mirar hacia enfrente.

— Bueno, tampoco es como que diciendo eso el bebé nazca cuando mi mamá se sienta preparada — expreso Charasuke al tocar el vientre de Menma, dónde se podía percibir una leve redondez, aquella echa por su bebé de ya cuatro meses.

— Lo sé, pero por ahora dejemos que las cosas sigan así — pidió pero esta vez viendo los ojos de Charasuke — cuando se vuelva imposible de ocultar, les daremos la noticia de nuestro hijo —.

Charasuke sabía el porque del silencio de Menma sobre su hijo, y es que si la familia Uchiha y Namikaze se enteraban del nuevo miembro de la familia, Menma sería atacado con cuidados excesivos y regalos hasta el cuello, pero lo peor de todo es lo mimosos que estarían con la panza de Menma.

—¿Charasuke, cielo eres tú? — esa pregunta con esa palabrita cursi hizo que Menma frunciera el ceño al ver a esa mujer despampanante frente a ellos.

—¿Mery? Hola, cuanto tiempo sin vernos — sin poder evitarlo, el dote seductor y coqueto de Charasuke se activo sin que esté se diera cuenta ya que estaba realmente acostumbrado a usarlo, dejando a la mujer feliz y a Menma enojado.

Y aunque frente a él se estaba llevando un acto tan descarado por esa mujer al coquetearle directamente a Charasuke, aún así Menma no se rebajo a mostrar celos estúpidos. Él era elegante y frío, algo que lo hacía ver cool y atractivo.

Así que se levantó de la banca en la que estaba y se puso al lado de Charasuke, quien por inercia lo abrazo de la cintura.

— ¿No piensas presentarme a tu amiga? — la mujer al ver la cercanía de esos dos, la enojo un poco.

— Que mala educación la mía, soy Mery exnovia de Charasuke —. Menma sonrió de lado antes de corresponder el saludo que la mujer despampanante le estaba dando con la mano.

— Encantado, soy Menma Uchiha, esposo de Charasuke — sus palabras provocaron que la mujer frunciera el ceño al ponerse celosa.

— Pensé que eras el novio en turno, pero jamás que fueras el esposo — dijo aún incrédula mientras veía a Charasuke — y eso que dijiste que jamás te casarías cielo, que eso no era para ti. Dime — miro a Menma de arriba hacia abajo antes de soltar con veneno — con que lo amarraste, ¿Un embarazo? —.

Menma al escuchar eso abrió levemente los ojos sin poder refutar esas palabras, incluso Charasuke se quedó sin habla.

— Oh vamos que es broma — dijo la mujer al ver que por la expresión de esos dos, le había atinado. — Bueno, fue un gusto verte de nuevo cariño, cuídate — con eso la mujer empezó a caminar de largo — y adiós esposito Uchiha —. Dijo por último.

Dejando atrás un silencio de lo más tenso y pesado entre Menma y Charasuke, quienes no supieron cómo refutar esas palabras de aquella mujer venenosa.

— Voy por una botella de agua — fue lo único que dijo Menma antes de irse de ahí en un intento de no decir algo que probablemente empeore las cosas.

Pero ni bien paso la calle cuando vio como su esposo estaba rodeado de dos mujeres, quienes le coqueteaban sin descaro alguno.

Frunció el ceño antes de seguir caminando en busca de alguna tienda o máquina de bebidas, recordando que eso se había ganado por haberse casado con ese play boy que tenía como marido.

Aunque no era la primera vez que eso pasaba, aún así era molesto. Incluso estaba un poco harto de que cada vez que salía con Charasuke a dar una vuelta o salir al cine, siempre había una que otra mujer que saludaba a su esposo recordándole o restregandole en la cara que ella también paso por su cama y probó de sus caricias.

El recordar toda esa basura hacía que tuviera unas náuseas horrendas, al parecer en sus años de soltería, Charasuke salió con casi la mitad de las mujeres de la cuidad, las cuales no solo fueron sus novias sino sus amantes de turno.

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