~Capítulo 12~

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Haneul poco a poco iba superando a Min Hyuk. Su "terapia" era hacerme saber todos y cada uno de los nombres, canciones, fanchats, etcétera de sus bandas favoritas. Cada que lo intentaba, yo me encargaba de poner los ojos en blanco y hacer como qué no escuchaba sus canciones y sus dramas de fanática. Ella falló con su plan de hacerme fanático de sus grupos y yo agradecí al cielo (si este existía) de que se rindiera.

Aunque secretamente, me gustaba verla emocionarse con las canciones y los videos, escucharla hablar por horas y horas de sus artistas y de más. Haneul seguía siendo una niña, después de todo. Era una joven muy tierna y apasionada por lo que le gustara aunque a veces, (solo a veces) resultara infantil.

Mi enamoramiento, en lugar de disminuir, amentó. Aumentaba con cada una de las risas, sonrisas y conversaciones hasta más de media noche que me regalaba. Había llegado al punto de sentirme un intruso en su vida, pues no salía de su casa ni en el día ni en la noche. Mientras ella estaba en la escuela yo leía sus libros de fantasía que tanto le gustaban y cuando llegaba, lo hacía con un montón de libros prestados de la biblioteca, especialmente para mí.

-Vaya-dije cuando Haneul puso un montón de libros frente a mí.

-¿No te agradan?-me miró sorprendida mientras dejaba su mochila en la esquina de su cuarto.

-Por supuesto que sí, pero, creo que son muchos. No creo terminarlos para...-examiné la copia del permiso de la biblioteca- para el siguiente viernes-concluí.

-Bueno, bueno. Puedo pedir que alarguen el permiso. Es más, la próxima semana te llevaré conmigo a la escuela, así puedes escogerlos tú mismo.

Sonreí.

-Gracias Haneul. -escogí un libro del montón y examiné la portada un rato. Una sonrisa se formó en mi rostro al reconocerlo-Hey...este era mi libro favorito-murmuré.

-¿En serio? ¿Tan viejo es?

La fulminé con la mirada y ella me lanzó una sonrisa de disculpa.

-Es muy bueno. Deberías leerlo.

Haneul asintió y sonrío pensativa.

-¿Qué piensas?-pregunté después de un minuto de silencio.

-En nada-contesta sonriendo.

La miro unos instantes antes de asentir y dejar el libro en el escritorio.

-¿Y, ¿en qué se entretenían los jóvenes de nuestra edad el siglo pasado?-dijo burlona antes de estornudar.

-Muy graciosa Haneul. Pues, no existían esas cosas-apunto a su celular.- Ni esas-señalo su computadora portátil que está en la esquina- así que solíamos salir y leer, creo.

-¿No era aburrido?

-No. No recuerdo haberme aburrido nunca a tal grado de necesitar urgentemente un aparato tecnológico, como veo que lo haces tú-sonrió.

Estornuda otra vez.

-¿Estás enfermándote?-pregunto.

-No lo creo. Continúa.

-¿Qué más puedo decir? Ya te lo has escuchado, mi vida es un rompecabezas incompleto para mí.

-Ya lo sé. Sé que no puedes recordar mucho de tu vida, pero, ¿qué tal las chicas? Apuesto a que eras muy popular entre ellas.

-Lo era-murmuró.

Y también un hijo de perra.

-¿Tenías novia?

The Ghost Of The WindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora