En un mundo donde la supremacía de los alfas es incuestionable, JiMin se ve obligado a huir a Inglaterra, donde se verá involucrado con YoonGi Hasmet. Líder de una de las mafias más peligrosas de Turquía.
Gráficos por @ithaigraph
ADAPTACIÓN
Histori...
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La mano de YoonGi se traslada hacia su espalda, sus ojos se mantienen sobre los de JiMin con un brillo ligero de amatividad. JiMin queda mudo ante cualquier sonido que pueda salir de su boca mientras el alfa hace caricias suaves en forma de círculos que provocan un estremecimiento involuntario en JiMin, causando que la ligera sonrisa de YoonGi se ensanche un poco más.
Sus dedos juegan con las ropas ligeras y suaves de JiMin, la tela parece casi inexistente con el toque severo del alfa.
—Te ves bien usando esto, oğlan —susurra YoonGi inclinándose hacia el oído de JiMin, quien retrocede ligeramente por el cosquilleo del aliento caliente del alfa.
JiMin de repente se dio cuenta que no sabía contestar a un coqueteo directo. Años de inexperiencia e indiferencia estaban trayendo consecuencias negativas de las que arrepentirse.
Cuando pensaba en una respuesta rápida sin verse más cenutrio y apenado de lo que ya se veía, la mano fría de YoonGi traspasa su ropa con un movimiento parsimonioso.
—Pero ciertamente disfrutó más verte sin ella.
JiMin respinga cuando YoonGi lo encierra en un beso demandante e inesperado, no hay picoteos o vergüenza alguna en el acto por parte de YoonGi. JiMin se ve inmovilizado y trata de seguir el ritmo de los labios del otro hombre, pero la experiencia de YoonGi se hace difícil de superar. La lengua del alfa hace cosquilleos en la suya, los toques de la mano debajo de su ropa hace lo mismo con sus nervios. YoonGi pone una mano sobre su nuca y profundiza el beso aún más, el aire desaparece de los pulmones de JiMin cuando siente el latido del pecho de YoonGi sobre el suyo. La tela delgada y los pantalones a la medida de YoonGi le hace consiente de la parte que se encuentra debajo del cinturón negro del alfa.
JiMin no sabía que tipo de relación tendrían una vez que YoonGi se fuera a América, no habían establecido nada después de todos sus encuentros. Pero de alguna manera el último celo en el que estuvieron juntos había dado un indicio de parteaguas en su relación.
JiMin ya había admitido desde hace mucho que había extrañado al alfa, cada día parecía haber recibido una estaca de hambre por él y su presencia, que ahora, al verlo y sentirlo, no podía más que diluirse con el aire caliente a su alrededor.
Estaba abierto a posibilidades, más aún cuando tenía más claros sus sentimientos. No era necesario cuestionar al alfa sobre los suyos, no cuando las acciones de YoonGi hacia él no eran nada indiferentes. Si estaba equivocado con algo, por lo menos tendría esto.
Y era por eso que estaba ahí, dejándose ver tan vulnerable como nunca nadie lo había visto; permitiéndose ser libre entre las suaves caricias y los besos excitantes de YoonGi, que parecían querer consumirlo aún más.
No pudo sentirse más que fastidiado cuando la punzada del recuerdo de la foto de YoonGi y JeongIn Yilmaz volvió a restablecerse en el fondo de su mente, su cuerpo se tensó ligeramente y sus labios retrocedieron en automático.
