Capítulo 3

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—¿Emily? ¿Estás bien? Palideciste.

Miro el teléfono con los ojos muy abiertos. No me atrevo entrar a wattpad para ver lo que me respondió. Guardo el celular en la mochila y dirijo la mirada a un punto al lado de mis amigos.

Lamo mis labios, los cuales están secos.

—Yo... Estoy...—Los miro de una vez. Espera.... Sus manos están entrelazadas—Sus manos....— Suelto un gritito y de un salto les doy un abrazo—Felicidades, chicos. Os quiero.

—Eso se sabe—Dice Chris, arruinando el momento emotivo.

—¡Cállate, Chris!—Decimos ambas al unisono y nos comenzamos a reír.

—Vale, vale, tampoco tenéis que matarme.

Nos separamos y caminamos hacia el coche. Estoy justo detrás de los tortolitos, los cuales cuchichean algo. Al menos eso no cambia.

—Cielo, ¿puedo... puedo conducir yo?

—Si me vuelves a llamar cielo no te volverá a salir pelo en tu vida, ¿entendiste?

—¿Qué? Pero, ¿por qué?

—Cállate y no le lleves la contraria—Susurro en su oído.

—Es... Raro. Mi abuela me llamaba así, las abuelas llaman así.—Dice con una mueca exagerada.

—Punto para Meg—La señalo.

—Bueno yo... Lo siento—Dice Chris bajando la cabeza.

—Oh, no te preocupes, cielo—Dice Megura acercándose a Chris, el cual la mira con mala cara, pero al final le da un beso.

¿Veis lo que os digo? Es quintipolar.

—Bueno, ya, vámonos. Si siguen con sus muestras de amor eterno llegaremos a casa a las once de la noche.

—Cierto.... Meg, entonces, ¿puedo conducir?

—No.  No creo estar lista aún. Mi auto es... Sagrado. Hay que tratarlo con mucho amor y cuidado.

—Claro, como tu lo haces—Le doy un abrazo.

—Lindo sarcasmo el tuyo, lo que pasa es que nadie pidió tu estúpida opinión.

—Hey, hey, calmate—Me separo, indignada.

—Yo estoy calmada. A lo mejor la que no está calmada en está situación eres tu.

—¿Estás con la regla o qué?— Susurro en su oído.

—Mal educada. Eso no se pregunta.—Dice ella, aunque sin disimular sobre el tema.

—Pero....

—Mejor calla y monta al coche, manejo yo y punto.

Dirijo la mirada a Chris, el cual está un poco perplejo por el cambio de humor tan repentino de mi amiga.

Ya somos dos, querido....

Hago un ademán para montarme en el asiento del copiloto, pero al ver la mirada perdida de Chris y que Megura ya estaba montada en el asiento del conductor, decido dar mi sabia pero no pedida opinión.

—Chris, si quieres puedes sentarte en el asiento del copiloto—Ambas miradas estaban sobre mi—Por un día no afectará a nadie—Les sonrío.

—Claro.—Se monta—¿Puedo... Encender la música?

—Claro, baby.

Y así se pasan todo el viaje, cantando, tomándose de la mano y molestándome, ya que no me sabía casi ninguna de la canciones. No soy buena en el inglés, ¿vale?

La chica del spam [En Proceso] Where stories live. Discover now