Secretos [Norenmin]

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Renjun camino por los pasillos de aquella pequeña tienda sin saber exactamente que hacia ahí, se suponía que debió volver a casa después de hacer un par de compras, pero había visto la luz de la sala encendida y no pudo evitar asustarse al saber que su padre había vuelto, sin más que hacer había ido al centro comercial a pasear solo.

Suspiro entrando en otro de los pasillos, tenía que hacer algo, quizás lo mejor sería volver con su madre, su loca e impulsiva madre que se la pasaba bebiendo todo el tiempo obligándolo a dejar la escuela para llevarle dinero a casa, igual o peor que su padre en ignorarlo, soltó otro suspiro.

Pronto haría más frío, sería una buena idea comprar algún gorro o bufanda, podría usar el dinero de Jaemin, sonrió pensando en eso, al menos podría pasar el tiempo haciendo eso.

Entro en una tienda de ropa y comenzó a buscar algo lindo entre los estantes, pero todo lo que veía era ropa cara y de marca, no quería pagar demasiado por un gorro o bufanda, solo quería algo contra el frío no algo para verse como un modelo. Tomo una linda bufanda, estaba a buen precio pero no podía elegir entre una azul o una negra, estaba por elegir la azul cuando escuchó una voz conocida al otro lado del pasillo.

—¡Mira este! Combina con su cabello—

—No me gusta—también reconocía esa voz seria.

—Vamos Jeno, solo imagínalo, si lo peino bien y...—

¿Jeno? Renjun se agachó como si pudieran verlo, miro entre las estanterías de ropa por los pequeños orificios para ver al otro lado, el lugar era silencioso así que pudo escuchar claramente.

—No me gusta—Jeno repitió mirando el abrigo.

—¡Tienes que decir algo más que eso!—Jaemin reclamó molesto dejando el abrigo en su lugar.

—Es que no me gusta ¿Qué más quieres que diga?—

—¡Entonces tu piensa en una opción! Maldición—

—No te enojes conmigo, tú eres el que quería venir aquí y tú eres el que quiere vestir a Renjun diferente—

Renjun suspiró, por algún motivo había supuesto que estaban hablando sobre él.

—¿Entonces a ti como te gustaría vestirlo? Ya tenemos su talla, podemos vestirlo como queramos—

—¿Qué tal un príncipe? —Jeno propuso pensando, había cierta ilusión en su voz—¿Detective? ¿Un mago?—

—Tus ideas son peores que las mías—Jaemin habló molesto—Vamos a vestirlo diferente no a tener una puta fiesta de disfraces—

—Yo quiero una fiesta de disfraces—

—También necesitamos darle ropa para la escuela—comento Jaemin mirando la ropa en los estantes ignorando lo que Jeno dijo—¿Viste los suéteres que usa? Horribles—

Renjun se acercó un poco más para escuchar mejor la conversación.

—Perdón, príncipe de la moda—Jeno dijo sarcásticamente.

—¡Mira esto! —Jaemin pareció tomar algo de la estantería—Se verá muy lindo en él, vamos a llevarlo—

Renjun mordió su labio inferior con curiosidad, quería ver que era lo que Jaemin tomo, pero sabía que si se asomaba demasiado se arriesgaba a que alguno de ellos lo viera, sobre todo Jeno, ese chico tenía un maldito sexto sentido para esas situaciones.

Sacudió su cabeza y tomo la bufanda que había visto, la azul, camino hacia la caja para pagar e irse, era mejor marcharse antes de encontrarse causalmente con esos dos, además, sería fastidioso escucharlos discutir todo el tiempo, más que nada a Jaemin. Jeno era de pocas palabras, casi nunca hablaba y pocas veces discutía, pero Jaemin era diferente, él podía hablar y sostener una conversación a pesar de que Jeno casi no contestara, era divertido pensar en cómo se complementaban esos dos.

Ambos eran perfectos, hermosos, con gustos parecidos, mismo tamaño y fuerza, misma talla de zapatos y de ropa, casi eran como almas nacidas para estar juntos y complementarse, y luego estaba Renjun.

¿Acaso los envidiaba?

Quizás envidiaba eso, pensar que Jaemin y Jeno habían nacido, se habían conocido y se llevarían tan bien entre ellos, era como descubrir a tu media naranja y estar destinado a pasar el resto de tu vida con ella, pero él estaba solo, cosas como esas no pasaban a casi nadie, eso era lo que envidiaba.

Pagó por la bufanda y tomo la bolsa que le dieron agradeciendo antes de salir de la tienda con un plan de alejarse lo más rápido posible del lugar, pero apenas dio algunos pasos fuera de la tienda se detuvo al conocer a dos chicos.

Sonrió caminando hacia ellos—Jisung, Chenle—

Ambos chicos miraron en su dirección y sonrieron caminando hacia él para saludar—Hyung ¿Qué haces aquí?—

—Vine a comprar un par de cosas—Renjun contesto mirando a la bolsa que cargaba para luego mirar a los dos—¿Ustedes están en una especie de cita?—

Sonrió cuando ambos adolescentes se sonrojaron mirando a diferentes lados.

—No tienen que ponerse nerviosos, lo entiendo—

—Acabamos de encontrarnos con Jaemin y Jeno—Jisung cambio de tema rápidamente—¿Vienes con ellos?—

Renjun abrió los ojos sorprendido y negó—¿Por qué preguntas eso?—

No había razón para que Renjun estuviera o viniera aquí con ellos, no entendía porque le habían preguntado eso, ni siquiera sabía que esos dos vendrían al centro comercial ese día.

—Oh, nosotros creíamos que ustedes tres...—Jisung comenzó a explicar justo cuando Chenle le dio un codazo en el estómago para que se callara.

—Olvídalo—Chenle dijo—¿Quieres venir con nosotros? Veremos una película de terror en el cine—

—Quedamos que una de terror no—Jisung sacudió el brazo de Chenle haciendo que riera.

—Pero estabas insistiendo ayer que podías ver cualquier película de terror—

—¡Mentí! No entrare a ver ninguna de terror contigo, siempre gritas para asustarme—

Chenle volvió a reír asintiendo—Está bien, será la que elijas, cálmate—

Renjun sonrió un poco triste al ver aquello, al parecer aquello si ocurría más de una vez, si había otros que habían encontrado a su alma gemela, solo era él...

—¿Nos acompañas, Renjun?—Chenle preguntó, pero Renjun negó.

—No gracias, debo volver a casa y preparar la cena, quizás en otra ocasión—

Tampoco planeaba ser el mal tercio en esa cita.

—Entonces nos vemos mañana—Jisung se despidió con una sonrisa.

Renjun también les sonrió despidiéndose de ambos, le alegraba ver a esos dos juntos, a pesar de todo podían salir y divertirse, al menos no estarían solos, como él.