Capítulo 15

1.6K 300 166
                                    

El sol pleno de una mañana preciosa, se colaba por los cristales del ventanal iluminando la sala y la gran mesa

ओह! यह छवि हमारे सामग्री दिशानिर्देशों का पालन नहीं करती है। प्रकाशन जारी रखने के लिए, कृपया इसे हटा दें या कोई भिन्न छवि अपलोड करें।

El sol pleno de una mañana preciosa, se colaba por los cristales del ventanal iluminando la sala y la gran mesa. Miró el reloj constatando que habían pasado unas ocho horas desde su encargue a Rose, y aún no tenía novedades. No entendía que tan difícil podía ser conseguir la dirección de un caballero pero sin dudas algo había sucedido, de lo contrario, la habría despertado apenas hubiera amanecido con alguna noticia.

—Gracias al cielo que nada sucedió, que nadie lo notó, porque estoy abrumada de tantos problemas contigo, Cadence.

Caddy revolvió el té humeante del desayuno mientras oía la voz irritante de su tía Anne, reprochándole una y otra vez que hubiera abandonado la mansión de los Hemingway sin avisar a John o a la mismísima Jane, quien llorisqueaba compungida junto a su madre, repitiendo hasta el hartazgo que la desagradecida de su prima le había arrancado dos mechones de sus preciosos cabellos en un ataque de descontrol. Tragó saliva y cerró sus ojos un instante para calmar sus impulsos, mientras llenaba su boca de aquel líquido cálido y deseaba con todas sus fuerzas que le crecieran alas grandes y fuertes para volar lejos de allí.

—John, creo que Cadence ha enloquecido… mira el estado en el que regresa de una reunión social. —John bebió su café y miró a su madre con desgano y sin pronunciar palabra. —Ha llegado sola en medio de la noche y luego de dar semejante espectáculo en una casa decente y de excelentes modales. Es que ya estoy imaginando las habladurías de todas las señoritas de buena familia que presenciaron semejante bochorno.

—¡No solo eso, madre! Mira mi cabeza, mírame… —Jane señaló a un costado de su cabeza como si pudiera verse la falta de cabello. Caddy levantó la mirada apenas para constatar que sólo estaba exagerando, aunque hubiera deseado que sus palabras fueran verdaderas pues a pesar de continuar soportando su voz de áspid, la imagen de aquel cabello en su mesa de noche le recordaría para siempre por qué llevaba el apellido Miller y que por primera vez le había dado su merecido. Sería un trofeo que guardaría para siempre.

— ¡Por Dios bendito! ¡Mira, John! Si le falta el cabello… —Anne Miller señalaba la cabeza de su hija y John rodó sus ojos, harto de semejante teatrillo. — ¿No piensas decir nada? —Le reclamó su madre, molesta y decepcionada.

— ¿Qué quieres que diga, madre? —preguntó hastiado y con tono áspero.

—Eres el hombre de esta casa, John, no lo olvides… —Fue la escueta respuesta de su madre y luego volvió la mirada a Caddy. —Y tú, deja de pasear de noche por las calles sin compañía y dando espectáculos de semejante envergadura. En lugar de eso hubieras aprovechado los días fuera de estas paredes para conseguir marido. El tiempo  pasa, querida mía y esta no es tu casa, sólo recuérdalo. Es la herencia de mis hijos y no pretenderás que te mantengan para siempre ¿verdad? —La había herido. Observó sus ojos enrojecidos de rabia y la media sonrisa en el rostro de Jane que permanecía a su lado, disfrutando plenamente del momento. Su tía tenía razón. Nada de allí le pertenecía y solo le recordó una vez más lo que siempre supo: estaba allí por caridad, por ayuda, por misericordia y el pedido de su padre a su difunto tío. Su barbilla tembló y contuvo el deseo profundo de llorar, aunque sus ojos se anegaron en lágrimas y su garganta se cerró comprimiendo su respirar.

ANTE TI, SOYजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें