Prólogo

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La chica con el cabello decolorado reventó por tercera vez un globo hecho de goma de mascar y subió sus sucios converse a su asiento.

Alexandre la miró y se preguntó, ¿como una chica podía matar su esencia femenina hasta tal punto de desagradarle? Al parecer, a ella no le importaba en lo mas mínimo tener los bellos de las piernas ya crecidos, nadie los notaba ya que eran claros y finos, pero la vista de Alexandre se dirigió casi automáticamente a las extremidades de ella y examinó detenidamente.

Totalmente inaceptable en una chica.

El había tenido múltiples citas, y muchas veces hasta pensó en crear un libro titulado "Como seducir a un hombre en su primera cita", conocía cada movimiento, detalle o acción de una mujer para seducirlo, desde usar un buen perfume hasta la manera de revolotear las pestañas, el era del tipo de hombre que si se fijaba en los pequeños detalles y la sensación de satisfacción lo llenaba cuando las mujeres hacían de todo para sorprenderlo, y por eso, le molestó como la mierda ver a Alessa masticando chicle como una vaca y que sus brazos estuvieran resecos, ella no se había puesto bonita como las demás.

A su lado, Bambi, su "cita", coqueteaba descaradamente con el muchacho de la mesa de en frente, le prestaba cero atención a Alexandre.

—Eh, Alex—la no depilada mujer hizo un gesto extraño con la mano—, necesito decirte algo.

Odiaba que le llamasen Alex, pero la petición de Alessa hizo que ignorara el que lo llamase así.

—Soy todo oídos linda—al instante se inclinó para mirarla.

Ella lo miró horrorizada. ¿Cómo mierda tenía el descaro de llamarle así con su cita al lado?

—Pues... Esto será un poco difícil, bueno...—ella se puso ambas manos alrededor de la boca—¡Hueles a excremento!— susurró.

—¿Perdón?—dijo este confundido.

—Ya sabes, excremento—hizo una mueca—. Mierda, popo, desechos orgánicos, caca, como le llames—la chica se enderezó—. Pisaste mierda.

Alexandre dobló su pierna y al ver la materia color café en su zapato, una expresión de horror se formo en su rostro.

—¡Por todas las vírgenes!—chilló y subió la pierna contaminada al regazo de Bambi—. Bambi, se una buena chica y saca la mierda de mis zapatos.

—¿Que haga qué?—dijo esta confundida, y al mirar el zapato, rápidamente lo saco del pie de Alexandre y lo tiró asustada, sin fijarse hacia donde.

Desgraciadamente, el zapato voló y cayó en la caja feliz de una niña, la cual al instante comenzó a llorar asustada.

Bambi miraba asustada a los enfurecidos padres de la niña, Alexandre miraba asqueado a la niña llorando y Alessa estaba molesta por el show que habían armado dentro del McDonald´s por un simple zapato con mierda.

El robusto y musculoso padre enfurecido se paró y en un rápido movimiento avanzó hacia la mesa de los adolecentes, apartó la mesa de un golpe tirando los BigMac y las papas fritas y agarró a Alexandre por la camisa.

—¡Hiciste llorar a mi hija, bastardo infeliz!—la saliva salía de su boca al gritar y caía en el rostro de Alexandre—¡Ve a disculparte antes de que te aplaste las bolas!

—¡Jamás!—Alexandre se negó e intentó salir de su agarré desesperadamente.

—¡Señor, no, el no tiene la culpa!— Bambi, también desesperada, intentó parar el puño que se dirigía al rostro de Alexandre—. La culpa es de los irresponsables habitantes del lugar que no limpian la suciedad de sus mascotas— dijo despacio intentando no llorar—. Mire la cara de este pobre infeliz—apuntó a Alexandre.

—¡Que mierda Bambi!

—Callate—amenazó—me rogó salir con el, no arruine el gran esfuerzo que realizó al doblar su orgullo, mire lo flacucho que está, con un simple empujón lo desarmaría entero.

—¡Que mierda por dos Bambi, a este papanatas le mato el perrito, el gato, los papás y si la abuelita ya esta muerta la desentierro y la vuelvo a matar maldición, nadie se mete con conmigo!

Y sin previo aviso, el puño del robusto hombre cayó en la mandíbula de Alexandre lanzándolo por lo menos a 4 metros de distancia. Alessa, quien había estado en silencio e absorta mirando la escena, reaccionó y tomó la mochila a sus pies.

—¡Acabaremos con el culpable de esta mierda ahora mismo!—dijo con el calibre 22 que acababa de sacar de su mochila.

Avanzó a grandes zancadas hasta la niña que lloraba a todo pulmón y apuntando a la cajita feliz, diparó cinco veces.

Todos, hasta el personal de la cocina, quedaron en absoluto silencio mirando atónitos a Alessa, quien había actuado sin pensar.

—Mierda.

Y el caos se desató.

La mamás corrían con sus hijos hacia la salida, los chicos dejaban atrás a sus citas para salir corriendo, el hombre parecido a la roca rompió un ventanal y huyó por ahí con la niña en brazos, el personal saltaba los mesones para huir y Alexandre, Bambi y Alessa corrieron como si el diablo los estuviese persiguiendo.

Corrieron y corrieron, apenas divisaron el microbus que llegaba a la pequeña plaza cerca de sus casas, se detuvieron en la parada y subieron. Caminaron en silencio hacia los asientos de el fondo y se dejaron caer cuando estuvieron ahí. Bambi, quien tomaba bocanadas de aire, parecía haberse calmado, hasta que se giró hacia Alessa.

—Quiero que me expliques, por qué mierda portabas la maldita pistola en tu mochila, también quiero que me digas que por qué mierda le disparaste a un jodido zapato con mierda en una cajita feliz.

—Pues...—hubo un silencio—, entre en desesperación.

Más silencio.

Bambi la miró sin expresión, se paró e hizo parar el microbus, este abrió las puertas traseras y Bambi se bajó de un salto.

Alexandre empezó a sollozar y Alessa, aun confundida, se percató que el chico tenía el zapato en sus manos.

—Se que fue muy extraño Alex—Alessa se acerco y lo rodeó con un brazo—, pero ya estamos lejos del local, lo policías nunca nos encontraran.

—¡Eso no me importa, estúpida niña!— pataleó y Alessa se alejó.

—¿Es por mi hermana? Ella no te dejara Alex, confía en mi.

—¡Tu hermana y una mierda Alessa, estos zapatos me costaron 40 dólares en forever 21 y tienen cuatro agujeros, CUATRO!

—¡Dios, no, no, no puede ser!

—¡Qué mierda pasa ahora!

—¡Disparé cinco veces, maldito gay, mi puntería es un asco!

Alexandre la miró decepcionado y soltó un fuerte sollozo. Sabía que esto apenas era el comienzo de una vida llena de gastos inútiles y aquello, le dolió como si el señor robusto del McDonald's le hubiese echo un mortal hacia atrás.

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Hola a tod@s dfjhjfd bueno, primero que nada quiero agradecer todos los votos y comentarios buena onda, encerio, nunca pensamos que tendria tantas lecturas y votos, estamos super contentas y creo que un gracias es muy poco:(

Bueno, aquí en chile, por lo menos nosotras, entramos el miercoles 3 a clases, por lo que actualizaremos todos los viernes sin falta jiji

espero que les guste el prólogo, habían algunas señoritas a las cuales no les gusto la historia, y si no les gusta, simplemente no lean y por favor, si piden una buena redaccion, primero practiquenla ustedes, porque me tome la molestia de leerlashistoriasdeaquellas niñas y eran como cuentos infantiles:), con toda buena onda se los digo

sorry x la nota taaaan larga kfjkfd voten y comenten!! nos leemos el viernes

Lo siento, no lo siento.Where stories live. Discover now