Capitulo 1: La pequeña Gran Caja.

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Jueves por la tarde.

-¡Jason Basta! -reí ampliamente.

Habíamos estado jugando a las cosquillas desde hacía rato y él no se cansaba nunca, tal vez por el simple hecho de que era él quien me molestaba y yo la indefensa víctima.

Últimamente ha estado raro, no comprendo la razón, pero lo ha estado.

Hoy, cuando entró a mi casa durante su visita, me besó en exceso y me trajo un peluche de un osito gigante, con un ramo de rosas blancas y una caja de chocolates. Jason nunca fué un chico "extremadamente" romántico que digamos. Eso me asustó, y a la vez sentí curiosidad. Sentí que solo había tres opciones con las cuales razonar.

-Es Bipolar y tiene problemas de personalidad.

-Fue abducido por aliens y uno de ellos lo esta suplantando.

-Quiere algo.

Descarté las primeras dos ya que eran demasiado fantasiosas y me concentré en la tercera.

Jason es mi novio desde que ambos teníamos 15 años. Nunca me ha pedido nada fuera de lo normal como sexo, conocer a sus padres o ir al cine juntos.

Este año nos graduabamos de nuestros estudios secundarios y que se estuviera comportando así, me extrañaba.

Las personas nunca cambian. Creo.

Bueno, solo físicamente ¿No?

La cosa es que no sabía que esperarme en ese momento.

Jason dejo de hacerme reventar a carcajadas y se acostó junto a mi. Prendió la lámpara de la mesita de luz y pudo ver mi cara más detalladamente.

-Luces preciosa...-susurró contra mis labios.

Automáticamente me sonrrojé y me tapé el rostro con ambas manos.

-Apágalo. Ahora.

-¿Quieres otra ronda de estos? -dijo divertido repartiendo besos por mi cuello.- Por mi no hay problema. Tenemos toda la noche.

Mis padres estaban en una junta de negocios. Eran unos empresarios respetados, que de vez en cuando salían a este tipo de cenas con sus colegas. He ido a varias, pero son lo mas aburrido que hay.

Cuando era pequeña ellos querían que yo me recibiera en la Universidad de Abogados. A los 16 años les dí una charla larguísima de por qué no quería hacerlo. Se los dejé bien clarito.

"Mi pasión es pintar."

Me separé suavemente de Jason y miré el techo de mi habitación.

La semana entrante me mudaría a un departamento en el centro para poder asistir a los cursos de pinturas que algunas Universidades daban aparte. Extrañaría vivir con mis padres. Despertarme y tener un plato de Hotcakes ya servidos, junto a un vaso de jugo de manzana e irme a dormir y que mi madre me dejara la leche calentita junto a mi cama y me deseara dulces sueños.

Miré la pared y la recorrí con la vista, fijé esta en una de mis pinturas enmarcadas. Tenía talento, pero no sabría si lo suficiente como para hacerlo de por vida y no morirme de hambre.

Miré nuevamente la cara de Jason.

-Bebé, se que sonará estúpido, pero esto de los regalos... los cariños y toda la cursilería ... me ha hecho pensar mucho. ¿Te sientes bien? -toqué con la palma de mi mano su frente.

-Nena ¿Qué te hace pensar eso? Todo lo que hago es por que te quiero, y por que eres mi novia y te lo mereces. -besó mi frente y volvió a mi ojos.- No me pongas esa cara -me regañó.

Imprisoned To RealityWhere stories live. Discover now